Ya, ya sé que no estoy casado, pero las circunstancias de la vida me
han llevado a relacionarme y conocer a muchas parejas y sus familias. La
verdad, ya lo he dicho en otras ocasiones, vivir en pareja tiene sus alegrías y
gratificaciones, pero, también tiene sus dificultades y problemas. Aunque
siempre, para mí, es y será, un ejemplo y modelo de convivencia fundamental
para la construcción de la sociedad. La pareja es el núcleo de la familia y, la
familia, es la base de la sociedad.
No es fácil tener conciencia de la importancia de la pareja, como tal. El trabajo/paro, los hijos, la vida cotidiana, la enfermedad, la vida social,... nos hacen pasar de puntillas y casi, arrinconar - el proyecto de pareja - que se inició con el noviazgo y se hizo público el día de la boda. En muchas ocasiones, la relación de la pareja queda 'relegada' para después de los múltiples compromisos que se tienen con los más cercanos y con la sociedad en general.
La vida de la pareja, va más allá de los mismos hijos, pues, éstos vienen y se van. Muchos son los años en los que la pareja vive sola, y con esto de que la vida se va alargando, gracias a Dios, más años viven juntos y solos. Afrontar esta realidad no es cualquier cosa. Todos nos jugamos mucho, para empezar la propia pareja, también sus hijos, los demás familiares y amigos y, por extensión, la sociedad en su conjunto.
Una pareja sana, comprometida con su proyecto de amor, como herramienta para llegar a ser felices, sin duda, constituye una fuente de bienestar para ellos mismos y, también, para los demás. Nunca lo olvidemos, dos personas deciden vivir juntas, libremente, porque quieren amarse y ser felices. Aunque parece ser, por lo que uno va viendo, que existen otras motivaciones.
Pero bajemos, un poquito más, a la realidad de la vida de la pareja. La verdad es que hay muchos desengaños. En muchas parejas, cuando vienen los hijos, se distancia la relación (lo cual es normal) pues, los hijos acaparan tanto su atención, que descuidan (la cantidad de) sus relaciones para continuar con su proyecto de pareja. Es verdad que los mismos hijos son un elemento que potencia a la propia pareja, pero no tiene porque anularla. Tanta es la responsabilidad que tienen por la prole, que se olvidan de ellos mismos. Un fallo muy grave.
El trabajo, tan necesario para la familia, ya sea dentro o fuera de la casa, es otro elemento que puede distorsionar y contribuir al abandono de la vida de la pareja. Tanta es la preocupación, tanto tiempo absorbe, que puede ser motivo para que la pareja no tenga suficientes 'espacios' para seguir creciendo en su proyecto de amor. Este distanciamiento tiene sus consecuencias.
Cuando la relación de la pareja no se basa en la comunicación fluida, cuando la sinceridad y la verdad van desapareciendo; cuando se ocultan cosas o cuando no se dicen aquellos asuntos que se ven o se observan, porque se ha perdido la confianza; cuando la pareja va perdiendo 'fuelle' o cuando se va teniendo menos paciencia y aguante; entonces sí que aparecen los verdaderos problemas de la pareja y, que puede que terminen por hacerla desaparecer.
Si las personas necesitamos que se nos quiera, que se nos reconozca en lo que somos y hacemos; cuánto más en el contexto de la pareja, que se han profesado amor en todas las situaciones que surjan de la vida (en la salud y en la enfermedad,....). Aquí sí que cobran todo su sentido los detalles de ternura, de cariño, de afecto, de escucha, de pedón, de ánimo,... el buen tacto en la manera de abordar cualquier asunto. El trabajo, los hijos, la vida social no son excusa, para dejar de cultivar todo esto que fortalece a la pareja.
La sociedad necesita parejas sanas, fuertes, constructoras de familias con valores que humanicen y aporten su 'granito de arena' en la construcción de un mundo mejor.
No es fácil tener conciencia de la importancia de la pareja, como tal. El trabajo/paro, los hijos, la vida cotidiana, la enfermedad, la vida social,... nos hacen pasar de puntillas y casi, arrinconar - el proyecto de pareja - que se inició con el noviazgo y se hizo público el día de la boda. En muchas ocasiones, la relación de la pareja queda 'relegada' para después de los múltiples compromisos que se tienen con los más cercanos y con la sociedad en general.
La vida de la pareja, va más allá de los mismos hijos, pues, éstos vienen y se van. Muchos son los años en los que la pareja vive sola, y con esto de que la vida se va alargando, gracias a Dios, más años viven juntos y solos. Afrontar esta realidad no es cualquier cosa. Todos nos jugamos mucho, para empezar la propia pareja, también sus hijos, los demás familiares y amigos y, por extensión, la sociedad en su conjunto.
Una pareja sana, comprometida con su proyecto de amor, como herramienta para llegar a ser felices, sin duda, constituye una fuente de bienestar para ellos mismos y, también, para los demás. Nunca lo olvidemos, dos personas deciden vivir juntas, libremente, porque quieren amarse y ser felices. Aunque parece ser, por lo que uno va viendo, que existen otras motivaciones.
Pero bajemos, un poquito más, a la realidad de la vida de la pareja. La verdad es que hay muchos desengaños. En muchas parejas, cuando vienen los hijos, se distancia la relación (lo cual es normal) pues, los hijos acaparan tanto su atención, que descuidan (la cantidad de) sus relaciones para continuar con su proyecto de pareja. Es verdad que los mismos hijos son un elemento que potencia a la propia pareja, pero no tiene porque anularla. Tanta es la responsabilidad que tienen por la prole, que se olvidan de ellos mismos. Un fallo muy grave.
El trabajo, tan necesario para la familia, ya sea dentro o fuera de la casa, es otro elemento que puede distorsionar y contribuir al abandono de la vida de la pareja. Tanta es la preocupación, tanto tiempo absorbe, que puede ser motivo para que la pareja no tenga suficientes 'espacios' para seguir creciendo en su proyecto de amor. Este distanciamiento tiene sus consecuencias.
Cuando la relación de la pareja no se basa en la comunicación fluida, cuando la sinceridad y la verdad van desapareciendo; cuando se ocultan cosas o cuando no se dicen aquellos asuntos que se ven o se observan, porque se ha perdido la confianza; cuando la pareja va perdiendo 'fuelle' o cuando se va teniendo menos paciencia y aguante; entonces sí que aparecen los verdaderos problemas de la pareja y, que puede que terminen por hacerla desaparecer.
Si las personas necesitamos que se nos quiera, que se nos reconozca en lo que somos y hacemos; cuánto más en el contexto de la pareja, que se han profesado amor en todas las situaciones que surjan de la vida (en la salud y en la enfermedad,....). Aquí sí que cobran todo su sentido los detalles de ternura, de cariño, de afecto, de escucha, de pedón, de ánimo,... el buen tacto en la manera de abordar cualquier asunto. El trabajo, los hijos, la vida social no son excusa, para dejar de cultivar todo esto que fortalece a la pareja.
La sociedad necesita parejas sanas, fuertes, constructoras de familias con valores que humanicen y aporten su 'granito de arena' en la construcción de un mundo mejor.
Me ha encantado Juan Bautista ,no se si voy a saber expresarte todo lo que he sentido en cada párrafo que escribias,eres todo un ejemplo a seguir...y sabes que te admiro como persona ,como amigo y como si fueras alguien de mi familia.
ResponderEliminarLlevas razón ,la pareja en esta sociedad se esta deteriorando mogollón.... yo si quieres ver mi punto de vista y como me han educado ,pienso que mi pareja es como una vela siempre hay que mantelerla encencida ,como el amor que siento por mi marido y que nunca se apague esa luz ...o como un árbol o planta mimarla y cuidarla para que siga brotando y dando frutos o flores ..eso es buena señal.
Ay lo que me cuesta escribirte con dos peques ...jajaja a la misma vez estoy contandole cuentos...pero bueno estoy disfrutando a tope.
Me diras,vaya casualidad pero mi hija a elegido del cole un cuento que se titula :
LA MEJOR FAMILIA DEL MUNDO.
Trata de una niña que es adoptada y es precioso Juamba jajajaja que recuerdos.
Pues nada, lo dicho , ha mi pareja lo quiero como el primer día o más ,no me imagino la vida sin èl ...yo lo mimo y el me mima por que en esta vida estamos de paso y si no valoramos al que tenemos al lado nuestro y nuestra familia en general ...estaremos el dia de mañana solos y sin nadie que nos quiera..si siembras recogeras ;y yo de momento fruto de nuestro AMOR tengo a mis dos TESOROS mis hijos MARTA y CARLOS que es lo mejor que he echo en mi vida aparte sin menospreciar a mi marido sin èl no lo habrìa conseguido .Por eso tengo que mimarlo y cuidarlo ,que no le pase lo que me pasò por desgracia a mì ; que lo perdí con tan solo siete años .Pero de las desgracias tambien se aprende ..asì valoramos lo que no tenemos y a los demas que los tienen se los digo para que lo valoren cada dìa....un fuerte abrazo tu Pili que gracias a ti soy mas fuerte en esta vida...eres un solete mi Juamba.
Hola, Pili, mi agradecimiento por tus palabras. Emanan de ellas sinceridad, frescura, y mucho cariño. Veo que eres una buena madre y una buena esposa de tu esposo, aunque creo que él no se queda atrás. ¡Ojala! no se apague la vela de tu familia y sigan creciendo las plantas con sus frutos y flores que siempre llenen vuestro hogar de colorido. Un beso a todos.
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