BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 22 de septiembre de 2013

HASSAN GARBA, SIGUE SU CAMINO AL NORTE

Cuando nuestros adolescentes están dando 'la vara' en sus casas y en las aulas, Hassan Garba, con sus 16 años, deja su país y cruza la  mitad de África, hasta llegar a España. Lo suyo no es turismo. Lo suyo es ganas de sobrevivir. Para ello no duda en atravesar Camerún (su país natal), Nigeria, Níger, Argelia y Marruecos, hasta llegar a Melilla (España). El norte, con el que soñaba cuando deja a su familia y amigos, se le hace largo.
Los que hemos tenido la suerte de conocer, a Hassan, siempre le recordaremos sonriendo, aunque la procesión -su procesión- fuera por dentro. Joven tranquilo, pacífico, muy agradecido y responsable. En el Hogar la Salle, que ha estado viviendo este último año, ha destacado por favorecer un buen ambiente, sus compañeros le apreciaban y respetaban. También le están echando en falta.
Murió su padre cuando era pequeño. Su madre regresó con su familia y, entonces, en Douala, se quedaron a vivir, con su primo, él y su hermano gemelo. Los problemas se agravaron cuando su primo se vino a Europa y se quedaron solos.
Me comentaba, en los últimos días, los motivos de abandonar su país para venir 'a la tierra prometida'. ¡Qué decepción la suya! Ni Melilla, ni Jerez le han dado esperanzas para realizar 'el sueño de una vida mejor'. Por eso, un buen día nos dijo que se marchaba a Bruselas. El  mismo primo le había llamado, con urgencia, porque allá había más futuro.
Volviendo a su vida en Camerún, me decía que cada día era una aventura -dura- para conseguir alimentos y poder comer. Todo vale para no pasar hambre y poder llegar al día siguiente vivo. Muy relacionada con esta situación es la violencia y la muerte, que viene detrás de ella. Me indicaba que la vida no valía nada. Apenas unos francos CFA, eran suficientes para mandar al cementerio a una pesona.
Con este panorama, decide abandonar lo poco que tiene y venirse al Norte. Fue elaborando el sueño de tener una vida digna, sin miedos. Lo había escuchado de otros que se fueron antes y, también, le había animado el ‘paraíso’ que veía en la televisión.
No obstante, también me decía, que su auténtico sueño se cumplirá, cuando pueda regresar a su tierra y tenga los suficientes recursos para volver a reunir a su familia y  vivir en mejores condiciones de las que tuvo en su infancia. ¡Ojalá, lo consiga!
Muchas personas, que pasaron por el Hogar, le recordarán como un joven simpático, cercano, agradable… en los encuentros interculturales e interreligiosos que tenemos en el Centro, siempre tuvo su sitio y su protagonismo activo, dando formalidad y seriedad en ellos.
Es bueno dejar constancia de aquellas personas que pasan por nuestras vidas, aunque sea por poco tiempo, pero que son significativas. Son la prueba de que cualquier ser humano, sea de la raza o religión que sea, contribuyen a construir un mundo mejor.

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