BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 19 de mayo de 2013

EL BAUTIZO DE VEGA, UN FELIZ ENCUENTRO FAMILIAR

Vega, con tres meses de edad, ha conseguido movilizar a toda su familia. No hemos escatimado las distancias ni los kilómetros. Vega nos esperaba con su mamá, su papá y su hermanita; juntos, nos daban la bienvenida al resto de la familia: Abuelos, tíos y primos. Un encuentro muy entrañable.
El nacimiento de una persona, sin duda, es un acontecimiento familiar muy importante. Todo son parabienes y buenos deseos. La familia aumenta, el futuro se afianza y la alegría se desborda con el nuevo retoño. El nacimiento es la ocasión para volver a renacer todos. Hay una vuelta a las propias raíces. La mera presencia, en su cunita, con sus sonrisas y lloros, nos llena, a la vez,  de recuerdos, de gozos y esperanzas.
El sábado le dábamos la bienvenida, toda la familia, a Vega. Ella era el motivo de tantos saludos, abrazos y besos, manifestaciones, sin duda, de los lazos que nos unen y de la alegría de volvernos a ver. Este ambiente tan afectuoso, se llenaba de colorido con las ropas de fiesta, los regalos, la comida,... todo, contribuyendo a la acogida y satisfacción de tener un miembro más en la familia.
Ahora bien, el nacimiento de Vega, es todo un reto para la familia.  Sus oidos, sus ojos, su tacto, todos sus sentidos, están estrenándose y tienen la avidez de lo nuevo. Como una esponja, todo lo van absorbiendo. Claro que la familia le va a procurar todo lo que esté de su mano, para que no le falte de nada; pero, si lo material es imprescindible, el trasunto de la vida con sus valores, con sus cualidades y defectos, con sus enfados y felicitaciones, con sus risas y llantos, también los va a estar percibiendo y los va a utilizar para ir reconociéndose y creciendo como persona. Dicen, los entendidos, que los primeros meses son fundamentales para estos asuntos. Ya sabemos que la buena educación empieza su andadura desde el hospital.
Otra dimensión que se añade al nacimiento es la religiosa, si la familia aumenta y es motivo de alegría, también, la familia cristiana, se ve bendecida. El bautismo, en su sentido más hondo, nos ayuda a entender y ser más conscientes, de la gran fraternidad de la familia humana. Vega, con tres meses, claro que no se da cuenta, pero las personas adultas que la acompañábamos teníamos la ocasión de recordar y renovar, nuestras creencias.
El bautismo abre las puertas a la casa de Dios. ¡Pero, atención! la casa de Dios no es cualquier casa. Aunque las puertas están siempre abiertas, para entrar y salir, sabemos que no es oro todo lo que reluce. Si es verdad que hay mucha gente que la hace acogedora, no es menos cierto, que no faltan los que espantan  al personal. Como se viene diciendo: "Hay de todo en la viña del Señor". No obstante, la familia de Dios, en la que yo creo, es una oportunidad y espacio de paz, de amor, de libertad, de solidaridad, de compartir, de alegría, de amistad, entre los hermanos y hermanas que se quieren y se desean lo mejor. A esta casa y familia es a la que entró, por primera vez, Vega al bautizarse.
En fin, como todo lo bueno se acaba, la fiesta del bautizo también concluyó, y cada cual volvió a sus quehaceres, rutinas, a sus costumbres, a sus tareas. Eso sí, romper la monotonía cotidiana, y en este venturoso caso, por Vega, sin duda es una forma de motivarse y retomar la vida con más ilusión y ganas de vivir.
¡Enhorabuena!

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