Si nos fijamos bien en los dualismos que empleamos, uno de los términos sale perdiendo y se le identifica, en ocasiones, con lo negativo. Por ejemplo, bien-mal, amor-odio, belleza-fealdad, rico-pobre, día-noche, guerra-paz, norte-sur, listo-tonto, libertad-esclavitud, justicia-injusticia,... SAGRADO-PROFANO. Hoy, me voy a detener en estas dos palabras -relacionadas con el hecho religioso- y el daño que han hecho (las dos) al cristianismo.
Para empezar, veamos lo que nos dice, el Diccionario de la Real Academia:
1. Sagrado: Digno de veneración por su carácter divino o por estar relacionado con la divinidad.
2. Profano: Que no es sagrado ni sirve a usos sagrados, sino puramente secular.
Y ahora, paso a los comentarios sabiendo que, el corto espacio del blog, no es suficiente para abordar este asunto tan importante. Por consiguiente, iré apuntando reflexiones que necesitarían mucha más atención y precisión.
Nos han tenido engañados. Esto de lo sagrado y profano, al final, me suena a discriminar y segregar a la gente por su condición de 'sagrada' o por su condición de 'profana'. En el mundo de las religiones se habla de personas sagradas, de tiempos y fiestas sagradas, de espacios sagrados, de arte sagrado,...Si lo aplicamos al cristianismo tenemos: Personas sagradas (Papa, obispos, curas, frailes, monjas,...); tiempos sagrados (Navidad, Semana Santa, Pascua...); espacios sagrados (Catedral, iglesia, ermita convento,...); arte sagrado (Capilla Sixtina, la Virgen del Rocío, el Cristo de Velázquez,...) De aquí se sigue, que el resto de las personas, fiestas, espacios y arte, son profanas, es decir, "Que no son sagrados ni sirven a usos sagrados".
Como consecuencia de este planteamiento, en la realidad de la Iglesia, también del siglo XXI, sigue habiendo personas de primer nivel y personas de segundo nivel. Sigue habiendo personas religiosas porque van a misa, viven en conventos, llevan ropas diferentes, en fin, viven en el contexto de lo sagrado; pero, también, hay personas que no son muy religiosas porque no practican las celebraciones religiosas, ni van a las iglesias,... porque viven en el contexto de lo profano. Como si hubiera unas vocaciones de más categoria que otras.
El cristianismo, a mi modo de entender, no se identifica con esta manera de hablar. No hay cristianos de primera y cristianos de segunda. Cristianos y cristianas que, por relacionarse 'con lo sagrado' son muy importantes y se les debe más respeto y, por otro lado, cristianas y cristianos, que por estar relacionados con los profano (con el siglo, con el mundo) son menos importantes y no se les 'debe' tanto respeto. ¡Ya está bien!
Para mí, que esto de ser cristiano, no tiene que ver con 'personas, tiempos, espacios,... sagrados'. Si uno lee el evangelio, la Misión de Jesús, se llevó a cabo en las calles, en las plazas, en las bodas, en el campo, en la barca de los pescadores, con los problemas de la gente, curando a los enfermos en los caminos,... naturalmente, que iba a las sinagogas y al templo, y celebraba la Pascua judía, y hablaba con los sacerdotes, pero, también iba a la casa de los banqueros, los descreídos, de sus amigos,... En fin, les invito a leer los evangelios y lo comprobarán.
Y es que tan cristiano es ir a una celebración a la iglesia, como criar a los hijos en la casa. Tan cristiano es cuidar a los abuelos que están solos, como ir a una procesión de la Virgen Macarena. Tan cristiano es el Papa con su quehacer en la diócesis de Roma, como el mecánico arreglando coches en el taller. Tan cristiano es una eucaristía con la comunidad, como preparar la comida para la familia. Tan cristiano es... pueden añadir más ejemplos. Ya está bien de discriminar a la gente. Ya está bien de considerarse mejor que los demás. Ya está bien de tantas jerarquías, eminencias, ilustrísimos,... y el resto, bueno, Dios en su gran misericordia los acogerá en su seno. ¡Pobrecillos!
En la Iglesia, todos somos Hijos de Dios. Todos somos iguales. Todos somos hermanos. Nadie está por encima de nadie. Y si estás en un convento o en tu casa, o si estás de barrendero o en la Iglesia, de igual manera, estás viviendo tu fe cristiana.
Es en la vida cotidiana, en donde nos jugamos nuestra realidad de seguidores y seguidoras de Jesús.
Cuando nos creamos lo que dices, será cuando de verdad la alegría y la vida del Rsucitado cambiarán el corazón de aquellos que se acercan a nosotros que nos llamamos cristianos.
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