BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 7 de abril de 2013

CALOR EN LA NOCHE, 10 AÑOS CON LOS 'SIN TECHO'



Vivimos en un mundo injusto. Hay mucha gente que se conforma con su  situación. Existen hombres y mujeres que no les falta de nada, aunque son una minoría. Hay otro grupo de personas que viven sin muchas estrecheces. Pero sabemos que muchos seres humanos viven por debajo de su dignidad como personas.  Basta asomarse a los MCS para constatar esta injusticia social. Me pregunto hasta que punto somos responsables de nuestras vidas, aún más, hasta qué punto somos responsables de la vida de los demás.
Han pasado los años y sigo recordando un lema, de Manos Unidas, que me hizo pensar mucho y que lo cito cuando se presenta la ocasión: “Tu indiferencia te hace cómplice”. Sin embargo, hoy, con la buena gente que me acompaña, con ustedes, este lema no tiene sentido.
Habéis pateado las calles de Cádiz, os  habéis quitado las “gafas oscuras”  y habéis descubierto una realidad social que os ha incomodado, os ha interpelado y, al final, ha roto vuestra indiferencia. Cabe preguntarse por el motivo de esta decisión y, desde luego, las respuestas serán variadas y todas muy respetables. Lo importante es que la decisión de participar en las actividades de la Asociación, Calor en la noche, a todos sus asociados y voluntarios les une el mismo fin: Estar con los ‘sin techo’, acompañar a los marginados de la noche, ayudar a los excluidos de la sociedad gaditana. En definitiva, no ser indiferentes con las personas que están tiradas en la calle.
No obstante, me gustaría echar una mirada a los orígenes de Calor en la noche. Estamos en su décimo aniversario.  Y es necesario recordar su historia, sus raíces. Todo este asunto tiene que ver con un grupo cristiano, muchos de sus miembros matrimonios y lasalianos de toda la vida, que siguieron profundizando en su fe y que, en su caminar, se constituyeron en comunidad cristiana lasaliana. Creo que se han puesto un nombre y se hacen llamar Nicodemo, Comunidad  Nicodemo. No se entiende Calor en la noche, sin estas personas que han ido viviendo su fe, hasta el punto, de comprometerse con las personas que viven en la calle. Si Juan Bautista de la Salle les ha llevado de la mano, durante estos años, ha sido su fe en el Dios de Jesús, que nunca se olvida de sus hijos más necesitados, la que ha motivado la opción de salir al callejero gaditano, para ayudar a sus hermanos más desfavorecidos.
La parábola del Evangelio de  Mateo, llamada del juicio final, les tocó su corazón: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estaba en la cárcel y en el hospital y fuiste a verme, era extranjero y me acogiste”. Diez años haciendo realidad esta parábola, que ya no es una historia del evangelio, es la vida misma, en los hombres y mujeres, que atendéis cada viernes.
Mujeres y hombres: con nombres y apellidos, con historias desagradables y con  necesidad de cercanía, de cariño, de calor humano. A fin de cuentas, hermanos y hermanas, que viven en la calle y tienen derecho a sentirse queridos y amados por sus hermanos, es decir, ustedes, que velan por ellos y comparten la común dignidad humana que, ellos, tenían perdida.
Ya ven lo que da de sí un termo de café, unos calcetines, o una palmadita en el hombro. Para ustedes una insignificancia, para ellos el respeto y el reconocimiento de su dignidad como personas. Ya sabemos, que todo no es de color de rosa, que las dificultades nunca faltan, que los problemas y los conflictos se hacen presentes, que la rutina puede desanimarnos, sin embargo, estas circunstancias no son nada, en comparación con la grandeza de vuestra presencia las noches de los viernes cuando recorréis las calles buscando a esas personas -que ya os están esperando- porque sois el consuelo en la noche, el saludo afectuoso, la sonrisa que les humaniza y que les hace mirarse al espejo reconociéndose como personas. No les falléis, diría más, no os falléis a ustedes mismos en lo que tiene de compromiso y responsabilidad, este sencillo acto que tano humaniza y evangeliza.
Me queda, para terminar, agradeceros en nombre de las personas que visitáis por las noches, por el esfuerzo que realizáis, por la constancia que estáis mostrando, por todos los detalles que vais sembrando, gratuitamente, a lo largo de las noches venturosas en las que os convertís estrellas que iluminan el camino de los que viven en la calle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario