El título de hoy se puede escribir de mil formas, pero, la idea es siempre la misma. En ocasiones es difícil ser fiel a las metas que uno se marca en la vida, sobretodo, si el ambiente está continuamente bombardeándote con las contrarias. En la realidad personal se da una mezcla de ambas afirmaciones, puesto
que las cosas no son blancas o negras. Sin embargo, se puede observar
que las personas terminamos inclinándonos hacia una de las dos afirmaciones. En el proyecto personal se verá todo esto reflejado.
Mi experiencia me dice que si uno se abandona; se deja llevar por la corriente; va viviendo al día; responde a las llamadas que le hace el ambiente, por cierto muy variadas y a veces contrapuestas, termina claudicando a sus ideales y, además, viviendo conforme a las ofertas y modelos que le ofrecen ciertas tendencias que hay en la sociedad actual. Su vida se hace endeble, meliflua, blandengue, rutinaria, insulsa, insípida,... con pequeños destellos de 'artificiosa felicidad', pero abocada a una vida sin sentido y con el sentimiento de fracaso.
También la experiencia me confirma que cuando se tienen principios sólidos, y te vienen los avatares de la propia existencia; te asedian las llamadas del mundo que te rodea para dejar tales principios a un lado; incluso ante las meteduras de pata, tan propias de nuestra naturaleza; retomar el camino o dejar el desvío, aunque tiene sus exigencias y conlleva sus esfuerzos, se termina convirtiendo en una buena costumbre en la historia personal, de cada cual, y te hace avanzar en lo que que llamamos el crecimiento personal.
Sin embargo, sabemos de personas que aún teniendo sus principios, éstos se van modelando y cambiando por los que les ofrece el ambiente o la misma sociedad. A lo mejor la vida cómoda; tantas ofertas de 'felicidad' que llaman a la puerta de sus casas; las propias dificultades que acarrea la vida y evitar el esfuerzo que supone confrontarse ante lo que les viene, termina por llevarles a cambiar de ideales, de metas y absolutizar los que les ofrecen, no se sabe que intereses ocultos.
Todos conocemos hombres y mujeres que son fieles a sus ideales, a sus creencias; son personas que se esfuerzan por ser coherentes en su vida; lo que no quita que en algún momento lleguen a cuestionar tales prinicipios, pero acostumbrados a una lectura integradora de su vida, no se dejan arrastrar por las diversas llamadas que le pueden apartar de su camino.
Si el acento se pone en aquellos ideales, que sin duda se van reformulando según vamos creciendo, la vida tendrá sus dificultades, pero aquello en lo que crees se fortalecerá y dará pleno sentido a tu existencia. Vivirás según lo que crees y te ayudará a tu crecimiento personal. El camino lo marcas tú.
Pero si el acento lo pones en lo que vas viviendo en el día a día, terminarás forjando tus principios según las diferentes llamadas que te van llegando, casi siempre contrapuestas, lo cual hará que cambies de principios y metas según las circustancias que vas viviendo. Los demás te marcan el camino, y es probable que no favorezcan tu crecimiento y realización personal.
Mi experiencia me dice que si uno se abandona; se deja llevar por la corriente; va viviendo al día; responde a las llamadas que le hace el ambiente, por cierto muy variadas y a veces contrapuestas, termina claudicando a sus ideales y, además, viviendo conforme a las ofertas y modelos que le ofrecen ciertas tendencias que hay en la sociedad actual. Su vida se hace endeble, meliflua, blandengue, rutinaria, insulsa, insípida,... con pequeños destellos de 'artificiosa felicidad', pero abocada a una vida sin sentido y con el sentimiento de fracaso.
También la experiencia me confirma que cuando se tienen principios sólidos, y te vienen los avatares de la propia existencia; te asedian las llamadas del mundo que te rodea para dejar tales principios a un lado; incluso ante las meteduras de pata, tan propias de nuestra naturaleza; retomar el camino o dejar el desvío, aunque tiene sus exigencias y conlleva sus esfuerzos, se termina convirtiendo en una buena costumbre en la historia personal, de cada cual, y te hace avanzar en lo que que llamamos el crecimiento personal.
Sin embargo, sabemos de personas que aún teniendo sus principios, éstos se van modelando y cambiando por los que les ofrece el ambiente o la misma sociedad. A lo mejor la vida cómoda; tantas ofertas de 'felicidad' que llaman a la puerta de sus casas; las propias dificultades que acarrea la vida y evitar el esfuerzo que supone confrontarse ante lo que les viene, termina por llevarles a cambiar de ideales, de metas y absolutizar los que les ofrecen, no se sabe que intereses ocultos.
Todos conocemos hombres y mujeres que son fieles a sus ideales, a sus creencias; son personas que se esfuerzan por ser coherentes en su vida; lo que no quita que en algún momento lleguen a cuestionar tales prinicipios, pero acostumbrados a una lectura integradora de su vida, no se dejan arrastrar por las diversas llamadas que le pueden apartar de su camino.
Si el acento se pone en aquellos ideales, que sin duda se van reformulando según vamos creciendo, la vida tendrá sus dificultades, pero aquello en lo que crees se fortalecerá y dará pleno sentido a tu existencia. Vivirás según lo que crees y te ayudará a tu crecimiento personal. El camino lo marcas tú.
Pero si el acento lo pones en lo que vas viviendo en el día a día, terminarás forjando tus principios según las diferentes llamadas que te van llegando, casi siempre contrapuestas, lo cual hará que cambies de principios y metas según las circustancias que vas viviendo. Los demás te marcan el camino, y es probable que no favorezcan tu crecimiento y realización personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario