¡Cuánta violencia! Un
observador ajeno, podría decirnos que somos un planeta violento. Ahora mismo se
están matando en Siria. Sigue habiendo atentados en Afganistán e Irak. Hay
guerras silenciadas, por los medios de comunicación, que generan muertes, heridos,
violaciones sistemáticas. De vez en cuando aparece, en la prensa, la violencia
religiosa, el último caso una niña paquistaní que querían lapidar. El otro día
llegábamos, en España, al número 36 de las mujeres asesinadas, a manos de su
pareja, por violencia machista. Las entidades financieras, la
última Bankia, contribuyen a la violencia social por todos los desmanes
derivados de su mala e interesada gestión. El paro, los inmigrantes, los
desahucios,… basta ver las imágenes de la tele. Lo dicho ¡Cuánta violencia!
¿Se descubrirá algún día el gen de la violencia, para
extirparlo de una vez por todas? El genoma humano parece ser que lo tenemos
controlado. Ya veremos.
Estamos abriendo las puertas de las aulas. Dentro de poco
continuaremos leyendo noticias relacionadas con la violencia escolar. Aunque
este año se añaden otras dificultades, pues, los recortes en educación, que por
supuesto están creando las condiciones para la ‘violencia educativa’, van a
caldear el ambiente. Los retrasos en los pagos, las reducciones en las
nóminas, todo, todo, va crispando el ambiente. Podemos decir lo mismo de la
sanidad, de muchas empresas,… Lo dicho, la violencia se ve que es una dimensión
propia de nuestra naturaleza humana.
La verdad es que todo esto lo sabemos. El asunto que planteo
es si tenemos interés en dar soluciones. Por cierto, habrá que ‘violentarse’
para darlas. Siempre me han llamado la atención, dos personajes del
siglo XX, que se enfrentaron a la violencia, de forma no violenta. Demostraron
que es posible. Claro, que violentamente terminaron sus vidas a tiros. M. Ghandi
y M.L. King, siempre me impresionaron por sus enseñanzas y, sobretodo, por lo
que consiguieron con su método de acción denominado LA NO VIOLENCIA. Fue su
apuesta por la paz, lo que contribuyó a reconocerles como profetas de la no
violencia. Hicieron huelgas de hambre; fueron a la cárcel; se manifestaron
públicamente; se opusieron a las leyes injustas que discriminaban a unos seres
humanos de otros, por su color de la
piel o por sus creencias.
Con métodos no violentos, consiguieron un pasito más en la
evolución de nuestra humanización. Los asesinaron, sí, no lo vamos a ocultar,
pero vencieron a la violencia. Y su lucha no quedó en balde. Bebieron y
alimentaron sus ideales en el hinduismo y el cristianismo y, con sus palabras y
gestas, nos dieron el ejemplo de que ‘un mundo no violento’ es posible. Creo que
no es bueno olvidarse de los hombres y mujeres, que han optado por el camino de
la no-violencia. La senda del diálogo, el respeto y la tolerancia; la
convivencia entre los seres humanos, no es una utopía, todos la hemos
experimentado en algún momento como un bien. El arte está en mantenerla en el tiempo. Se ve que nos cansamos
pronto.
Este nuevo curso escolar es una oportunidad más, para
educar y para educarnos, en los métodos de la no-violencia y así, contribuir modestamente, en la mejora de las relaciones humanas, que posibiliten una cultura de la paz en la humanidad. El mundo nos lo agradecerá y,
nosotros, lo disfrutaremos.
me sirvio para ardo muchas gracias
ResponderEliminarno entendi nada
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