Cada vez lo veo más claro. Alguien me dirá, con las calores que hace y... estos asuntos ahora. Me da igual que haga mucho calor o mucho frío. Justo en estos momentos (con mucho frío o mucho calor) hay niños que sufren la guerra, hay niñas que son explotadas sexualmente, (acaso no merecen nuestra atención). En estos instantes, ha personas migrantes, que van de un lugar a otro a riesgo de perder sus vidas (acaso no merecen nuestra atención).Ahora mismo hay gente que vive en la miseria, sin casa, sin trabajo, con enfermedades (acaso no merecen nuestra atención) Hoy se han muerto miles de hombres y mujeres de hambre (acaso no merecen nuestra atención) ¡Qué más da la época del año en que vivimos!
Somos tan indiferentes, tan 'grises', tan cómodos, que todo lo que salga de nuestros intereses nos viene grande y ajeno a nuestras vidas. ¡A mí que me importan los demás! Yo voy a lo mío, que bastante tengo, con lo mío. Claro que podríamos preguntarnos ¿Qué es lo mío? Algún niño diría que la ropa, mis juguetes, la comida del frigorífico, la habitación donde duerme, el agua con la que juega, el coche donde viaja, las chuches que come,... ¿Qué diríamos los adultos?
A lo mejor tener móvil exige violencia; igual vestir ropa de moda conlleva explotación infantil; tal vez las fresas que como no se han pagado con justicia al recolector; lo mismo el papel higiénico que uso viene de la deforestación de grandes bosques,... ¿Aún pienso que lo mío no tiene que ver con el mundo que me rodea y las personas que vivimos en él? ¡Vamos ya!
Este mundo tan desigual, tan injusto, tan explotador, tan violento, tan egoísta, tan hedonista, tan indiferente, con tantas vallas y muros,... ¿tiene arreglo? Pues, claro.
Claro que tiene arreglo. Pero las soluciones, ni vienen de los gobiernos, ni de los ricos. Estamos muy equivocados. No crean que vienen de las religiones o ideologías rimbombantes; no, ese no es el camino. Lo tenemos más fácil.
Todo empieza por uno mismo. El cambio viene,... si yo cambio. También se puede decir al revés, cuando yo cambie, entonces, cambiará el mundo. Y aquí está lo difícil, aquí se complica todo.
Porque, si yo quiero la paz, tengo que ser un hombre pacífico, abandonar la violencia.
Porque, si yo quiero la justicia, tengo que ser un hombre justo y honesto.
Porque, si yo quiero la solidaridad, tengo que dejar el egoísmo, la usura, acaparar la riqueza.
Porque, si yo quiero la libertad, tengo que dejar de manipular, las modas, las esclavitudes.
Porque, si yo quiero el amor, tengo que abandonar la envidia, el odio.
Porque, si yo quiero el diálogo, tengo que abandonar la intolerancia, la cabezonería.
Porque, si yo quiero puentes, tengo que rechazar los muros y alambradas.
¡Vamos! que si yo cambio, seguro, seguro, que cambiará el mundo.