No, amigos, no se
trata de hacer de cronista, de la infancia esclavizada en la Edad
Media. Se recurre a la historia para aprender de ella, pero no es el caso. En
esta ocasión, mi reflexión es de escandalosa y rabiosa actualidad.
El lamentable origen, de este día Internacional
de la infancia esclavizada, es muy reciente: El 16 de abril, de 1995, las
mafias textiles dedicadas a la explotación infantil, asesinaban a un niño
pakistaní, de 12 años, su nombre: Iqbal Masih.
Iqbal Masih, pese a su corta edad, había
denunciado la situación de esclavitud en la que estaban él y numerosos niños,
haciendo alfombras, para las mafias que acabaron teminando con él. Empresarios
sin escrúpulos que no piensan en nada más que sus propios intereses y no miran
por los demás, aunque sean niños y niñas... pobres.
La realidad denunciada es que tanto
en Eurasia, como en América y en África, hay millones de niños esclavizados.
Desde su más tierna infancia (con cinco añitos, casi es tarde para empezar a
explotarlos)son llevados a las minas, a los campos, a empresas de todo tipo:
calzado, ropa, material deportivo,... cualquier oficio es bueno para que
abandonen su ¿hogar?, su ¿familia?, la ¿escuela?, sus juegos,... y se pongan a
trabajar 8, 10 ó 15 horas diarias. ¡Hay que ganarse la vida! Pero
de qué vida estamos hablando.
Este día es la ocasión, para recordar con indignación, a los muchos chicos
y chicas que son reclutados, como guerrilleros, en los conflictos
bélicos que organizan sus padres, sus políticos, las multinacionales, en definitiva,
los adultos que deberían responsabilizarse de su buena educación y crecimiento
como personas.
También es el día para denunciar, con rabia, la explotación que numerosas niñas,
desde su más tierna infancia, son "vendidas" al comercio del sexo-turismo
y la prostitución infantil. ¿Cómo será su futuro? No es difícil imaginárselo.
Por cierto, todo esto es un negocio que mueve en el mercado millones y millones
de euros, dólares,... y, sin la menor duda, los promotores son abogados,
políticos, empresarios, familiares, banqueros, mafiosos, etc, etc. Mala
gente en su conjunto.
Niños y niñas, adolescentes y
jóvenes, que son explotados, esclavizados, vendidos, secuestrados. Les han
robado la infancia, la escuela, su eduación, sus juegos, sus travesuras, sus
derechos, en definitia, su dignidad como personas.
Las estadísticas nos hablan de cifras escandalosas: más
de 400 millones de niños hasta 14 años, de los cuales en torno a
130 millones, tienen, como mucho, 5 añitos. Para una mejor actualización de
todos estos datos, el vienes que viene, 16 de abril, nos los dirán mejor, las
televisiones, la prensa, y las redes sociales.
A veces me pregunto, ¿qué me aporta
a mí tanta miseria humana y explotación infantil?: ¿Calzado y ropa?, ¿Material
deportivo?, ¿Petróleo, cacao, café? ¿Por eso necesitamos el comercio justo? Les dejo la posibilidad de hacerse más preguntas.
No olvidemos que
formamos parte y también nos beneficiamos del sistema económico -cada vez más
globalizado- que permite todos estos abusos, sobretodo, cuando se miran más los
beneficios económicos que los valores éticos de las personas, en este caso de
la infancia.
¿En qué medida nuestro bienestar
(directa o indirectamente) no está afectado de toda esta historia?
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