Estamos en la época de las vacunas contra la gripe, me viene bien
esta imagen para abordar el asunto del voluntariado. El día 5 de diciembre, es
el Día Internacional del Voluntariado, y no podemos ni debemos dejarlo pasar
como si nada. Todos tenemos nuestra visión de la sociedad en la que nos ha
tocado vivir. Salvo matices o acentos particulares, coincidimos en que nuestra
sociedad está "enferma", de norte a sur y de este a oeste, son muchos
los millones de personas que no viven dignamente. Las pobrezas están muy
extendidas y afectan a millones de personas. Las causas más o menos las
conocemos.
Pero con la misma firmeza digo, que hay personas valientes, con coraje, con ganas de mejorar la situación injusta de este mundo y que no frecuentan las redes sociales, pero eso sí, están silenciosamente afrontando los problemas de mucha gente pobre. Estoy hablando de las personas voluntarias. El voluntariado, de tantas personas anónimas, son una vía de alivio y empoderamiento de muchos hombres y mujeres, ancianos y niños que lo necesitan.
Tal vez no lo sepamos, pero solo en Europa, hay más de 100 millones de voluntarios. Desde aquí nuestra felicitación. Quisiera destacar, de las muchas cosas que se pueden decir, tres dimensiones del voluntariado: Su gratuidad, su empeño por la justicia y su compromiso solidario.
En un mundo, que da a entender que cada cual vaya a su 'bola', que los demás se apañen como puedan y, llegan a decir, "que cada palo aguante su vela"; resulta que hay gente, que dispone de su persona 'gratuitamente' y dedica parte, de su tiempo, a los demás. Son mujeres y hombres sensibles, bondadosos, generosos, que ven la necesidad en sus semejantes y no dudan en acompañarles y ayudarles, en la medida de sus posibilidades.
Se dice, con frecuencia, que no tenemos tiempo para nada. Y yo no me canso de proclamar que hay tiempo para lo que queremos, y en este caso, me estoy refiriendo al ocio y tiempo libre, disponemos de muchas horas para: ver futbol, ir al gimnasio, sentarse horas y horas en la tele o delante el ordenador o del móvil,... está claro que cada cual dispone de su tiempo, como lo ve conveniente. El hecho es, que las personas voluntarias, reservan parte de su tiempo libre para su voluntariado. Y es que cuando hay voluntad de querer hacer las cosas, pues, se hacen.
Nos podemos preguntar ¿qué les mueve a estas personas voluntarias? Creo que, en general, el rechazo al mundo injusto que vivimos. No soportan las estructuras que explotan a tantos hombres y mujeres, niños y ancianos. Se les cae el 'alma al suelo' con tanto sufrimiento, pobreza, exclusión y marginación. ¡Tanto días internacionales de...! Sin duda anhelan un mundo más justo, más humano, sin discriminaciones. Constatan que, el sistema económico, "echa más leña al fuego" y acrecienta las diferencias y las desigualdades. Que el mundo de la política, no acaba de dar -por diversas razones- con las soluciones, "del bien común", para todos los seres humanos. En fin, que como buscan y tienen su empeño por un mundo más justo, "aportan su granito de arena" con su acción voluntaria.
Por eso podemos afirmar, con rotundidad, que las personas voluntarias son generadoras de una cultura solidaria. Su solidaridad, es la respuesta -sin ostentaciones- para crear una red social que va tejiendo, a lo largo y lo ancho, de este planeta, las condiciones de un mundo en el que seamos más iguales, se respeten y cumplan los derechos humanos, nos sintamos y vivamos como hermanos de una gran familia. Por consiguiente, la solidaridad de los voluntarios, construye -poquito a poquito- un mundo de paz y bienestar para todos. (Todos, somos más 7.000 millones)
Por cierto, desde la experiencia, puedo afirmar que ser voluntario te ayuda a crecer como persona, te hace más feliz y, estás contribuyendo, al crecimiento de las personas y a su felicidad.
Pero con la misma firmeza digo, que hay personas valientes, con coraje, con ganas de mejorar la situación injusta de este mundo y que no frecuentan las redes sociales, pero eso sí, están silenciosamente afrontando los problemas de mucha gente pobre. Estoy hablando de las personas voluntarias. El voluntariado, de tantas personas anónimas, son una vía de alivio y empoderamiento de muchos hombres y mujeres, ancianos y niños que lo necesitan.
Tal vez no lo sepamos, pero solo en Europa, hay más de 100 millones de voluntarios. Desde aquí nuestra felicitación. Quisiera destacar, de las muchas cosas que se pueden decir, tres dimensiones del voluntariado: Su gratuidad, su empeño por la justicia y su compromiso solidario.
En un mundo, que da a entender que cada cual vaya a su 'bola', que los demás se apañen como puedan y, llegan a decir, "que cada palo aguante su vela"; resulta que hay gente, que dispone de su persona 'gratuitamente' y dedica parte, de su tiempo, a los demás. Son mujeres y hombres sensibles, bondadosos, generosos, que ven la necesidad en sus semejantes y no dudan en acompañarles y ayudarles, en la medida de sus posibilidades.
Se dice, con frecuencia, que no tenemos tiempo para nada. Y yo no me canso de proclamar que hay tiempo para lo que queremos, y en este caso, me estoy refiriendo al ocio y tiempo libre, disponemos de muchas horas para: ver futbol, ir al gimnasio, sentarse horas y horas en la tele o delante el ordenador o del móvil,... está claro que cada cual dispone de su tiempo, como lo ve conveniente. El hecho es, que las personas voluntarias, reservan parte de su tiempo libre para su voluntariado. Y es que cuando hay voluntad de querer hacer las cosas, pues, se hacen.
Nos podemos preguntar ¿qué les mueve a estas personas voluntarias? Creo que, en general, el rechazo al mundo injusto que vivimos. No soportan las estructuras que explotan a tantos hombres y mujeres, niños y ancianos. Se les cae el 'alma al suelo' con tanto sufrimiento, pobreza, exclusión y marginación. ¡Tanto días internacionales de...! Sin duda anhelan un mundo más justo, más humano, sin discriminaciones. Constatan que, el sistema económico, "echa más leña al fuego" y acrecienta las diferencias y las desigualdades. Que el mundo de la política, no acaba de dar -por diversas razones- con las soluciones, "del bien común", para todos los seres humanos. En fin, que como buscan y tienen su empeño por un mundo más justo, "aportan su granito de arena" con su acción voluntaria.
Por eso podemos afirmar, con rotundidad, que las personas voluntarias son generadoras de una cultura solidaria. Su solidaridad, es la respuesta -sin ostentaciones- para crear una red social que va tejiendo, a lo largo y lo ancho, de este planeta, las condiciones de un mundo en el que seamos más iguales, se respeten y cumplan los derechos humanos, nos sintamos y vivamos como hermanos de una gran familia. Por consiguiente, la solidaridad de los voluntarios, construye -poquito a poquito- un mundo de paz y bienestar para todos. (Todos, somos más 7.000 millones)
Por cierto, desde la experiencia, puedo afirmar que ser voluntario te ayuda a crecer como persona, te hace más feliz y, estás contribuyendo, al crecimiento de las personas y a su felicidad.
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