Acabamos de
empezar septiembre, vendrá el otoño y con él, la época de la siembra. De esta forma no hacemos
otra cosa que seguir a la ‘madre tierra’. Basta mirar los campos y a los agricultores y ver como
empiezan a prepararlos para la siembra otoñal. En la actualidad los campos se
siembran con máquinas muy sofisticadas. Antaño se hacía a mano. El agricultor
llevaba un saco, metía la mano y tiraba el grano o la semilla a la tierra. Con
la siembra se iniciaba el ciclo de la naturaleza. Al fin y al cabo nosotros
somos parte de esa naturaleza y también seguimos sus pautas.
De esta
forma cada cual se prepara para afrontar el nuevo curso:
Así, las familias hacen sus cálculos de lo que va a
suponer el material escolar y es la ocasión para recordar al hijo o hijos que
tienen que aprovechar bien el tiempo, que a la escuela se va para aprender.
Por su parte, en los colegios y escuelas ponen en funcionamiento la ‘maquinaria’ para que todo esté a punto e iniciar el nuevo curso con una buena planificación y todo bien programado, no hay que dejar nada a la improvisación.
En las empresas, aunque el balance lo hacen en diciembre, tienen que contar con que, después de las vacaciones, el personal viene descansado y relajado, por lo que es bueno marcar nuevos objetivos a corto, medio y largo plazo... y más en estos tiempos de crisis.
Por su parte, en los colegios y escuelas ponen en funcionamiento la ‘maquinaria’ para que todo esté a punto e iniciar el nuevo curso con una buena planificación y todo bien programado, no hay que dejar nada a la improvisación.
En las empresas, aunque el balance lo hacen en diciembre, tienen que contar con que, después de las vacaciones, el personal viene descansado y relajado, por lo que es bueno marcar nuevos objetivos a corto, medio y largo plazo... y más en estos tiempos de crisis.
Y así podría
seguir, pero,
volvamos título: GRACIAS A LA SIEMBRA DE OTOÑO RECOGEREMOS NUEVOS FRUTOS. Porque ya
tenemos la experiencia de que se recoge lo que se siembra. Y si pensamos un
poquito nuestros hijos y alumnos de hoy serán los ciudadanos, padres y madres
del mañana.
Nos podemos
preguntar: ¿Y qué
ciudadanos, madres y padres queremos para mañana? Si lo vamos teniendo claro,
entonces sabremos lo que debemos sembrar hoy en el espacio familiar y en
los centros educativos, para recoger los frutos correspondientes en el futuro.
Porque, sin la menor duda, hoy ya ponemos los cimientos y raíces del mañana.
En fin en el
mundo globalizado, en el que vivimos, no vendrían mal unas semillas:
- de tolerancia y respeto al diferente
- de familias sanas y bien avenidas
- de diálogo intercultural e interreligioso
- de solidaridad con los necesitados
- de comunicación en todos los ámbitos empezando por las personas que nos rodean
- de democracia activa y crítica constructiva
- de honradez y honestidad
- de acogida al inmigrante y al extranjero,…
- y, un poco más de atención, a lo que cada uno somos, pues nos es bueno que nos olvidemos de nuestra realidad más personal, que es la primera que debemos cuidar.
Por
consiguiente, estas semillas sembradas, en los hogares y las aulas, serán una
riqueza para la sociedad del futuro. Cuando hubiera que recoger las
espigas y los frutos, la sociedad sería un remanso de paz, un mundo mejor
como el que todos aspiramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario