BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

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UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 18 de marzo de 2018

LOS PROBLEMAS QUE TIENEN LOS DEMÁS: SON MIS PROBLEMAS


Los problemas son de los otros, y que se apañen. La crisis, el paro, las guerras, las injusticias, el desalojo de la casa, si no nos afectan, como que nos quedan muy lejos. Les confieso que el lema, de Manos Unidas: Tu indiferencia te hace cómplice (1994), aún lo llevo en la cartera. En nuestras conversaciones, hay muchas frases, en uno y otro sentido. Recordemos  lo que dijo Pilatos: “Yo me lavo las manos”.  Nos cuenta la historia que terminó ‘pagando los platos rotos’. En un tono más egoísta, nuestro refranero nos dice aquello de: “Que cada palo aguante su vela”.  Aunque es más positivo, al respecto, lo de: “Hoy por mí, mañana por ti”.
Llevo muchos años preguntándome si el ser humano está ‘programado’ para estar centrado – solo - en su vida, en sus cosas, o ‘lo de su vida’, abarca y concierne la vida de los demás. De inmediato decimos que el hombre es un ser social. Que no puede vivir solo. Y que nos necesitamos. Claro que todo esto lo aplicamos a nuestros familiares, amigos, conocidos; más allá, de estos círculos, ya no lo tenemos tan claro. Veamos.
Es evidente, que nos beneficiamos de la sociedad. Aunque ciertos beneficios tienen una procedencia más que sospechosa. Pongamos algunos ejemplos: utilizamos el petróleo para nuestros coches, eso sí de países en conflicto; compramos zapatillas deportivas o ropa de marca, aunque hayamos mal pagado -a los niños explotados- que las hicieron. Nos alimentamos en exceso, tirando la comida, aunque en otro lugar, se estén muriendo de hambre o hayamos pagado una miseria por su producción. Tenemos buenos muebles y papel para todo, pero no queremos ver que proceden de esquilmar la Amazonía. Ya no podemos vivir sin el móvil, pero el Coltán -un mineral imprescindible-, lo extraen de zonas que están en guerra. Messi, Cristiano,… por poner un ejemplo, tienen contratos supermillonarios, pero eso no quita que disfrutemos del futbol. Cuánto derrochamos todos los días, aunque millones de personas estén pasando necesidad. Pero claro ¡ése es su problema! ¿Ése es su problema?
Cuando hablas de estos asuntos, sobretodo, de quién tiene que dar las soluciones, algunas personas tienen respuestas rápidas y, de las de echar balones fuera. Dicen que es el gobierno y los políticos; otros señalan a los ricos capitalistas o neoliberales; y si se pone a tiro, te sacan que la Iglesia venda el Vaticano y el dinero se lo dé a los pobres.  Eso sí, a mí que no me compliquen la vida. Ni me toquen el bolsillo. Demasiados problemas, tiene ya uno, como para estar pendiente de los demás y, encima, dedicarles tiempo. Para eso están las ONGS.
Por supuesto, que el dinero arregla muchas cosas,  muchos problemas. Pero la solución no está en el dinero. La solución está en las personas. Nosotros somos la solución. Cómo explicar, sino, lo de la familia humana. Dónde está lo de la hermandad y la fraternidad. Para quién es lo de la solidaridad. En qué queda lo de la justicia social. ¿Quién tiene que decir estas cosas? ¿Quién tiene que denunciarlas? ¿A dónde hay que ir? ¿Cuándo hay que hacerlo? ¿Qué tiempo lleva todo esto? Igual, todo esto, es para especialistas. Lo del altruismo y la filantropía, quedan para otros. ¿No?  Ejemplos tenemos en la historia, de hombres y mujeres, que entendieron lo de la familia humana y se desvivieron por ella; fortalecieron el tejido social y dieron respuestas.
Nunca me gustó la frase: “Parar este planeta que me bajo” (Groucho Marx). Me encanta: “O llegamos juntos a la libertad, o nunca la alcanzaremos” (Martin L. King).

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