La familia no es un actor secundario en este mundo que vivimos. Los ricos y poderosos no están haciendo creer, desde hace mucho tiempo, que el dinero y el poder son los determinantes de la sociedad. Utilizan sus leyes y la publicidad, para convencernos de que se alcanza la felicidad, acumulando mucho dinero y siendo poderosos ante los demás. Por aqui veo un gran terremoto que arrasa y destruye a las familias, se encuentren donde se encuentren.
Las separaciones, los divorcios, en definitiva, las rupturas familiares te las encuentras tanto entre los pobres, como en las clases medias y los ricos. No existe una clase social, específica, para estos asuntos. Y, por supuesto, no entro en las diferentes maneras de entender y de formar una familia.
Lo que si tengo claro, incluso estoy convencido, de que la estructura familiar es clave para que, la sociedad, se transforme en el mundo nuevo al que todos aspiramos. Lo de que otro mundo es posible, para mí que empieza en el ámbito familiar.
Poner el acento en la familia, supone cambiar de mentalidad. Estamos tan volcados hacia fuera, por razones familiares, que terminamos por cambiar la perspectiva. Por poner un ejemplo, el trabajo -con ser muy importante- está minando a muchas familias. Vivimo en una sociedad -que hemos creado nosotros- que desborda a la misma familia. Es como el hijo que acaba con los padres que le hicieron posible. No digamos nada de las redes sociales, de las nuevas tecnologías,...
Si la familia está sana, sus miembros estarán sanos. Una sociedad que se nutre de ciudadanos sanos, sin la menor duda, será una sociedad sana. Algo que puede ser tan elemental escribirlo, resulta complejo y complicado en la realidad. Y es normal que sea así.
Para empezar, tenemos diferentes culturas, distintas religiones, multiples ideologías humanistas, no lo dudemos, cada cual entiende lo de 'familia sana', según su perspectiva. Aun así, como seres humanos, que somos todos, no creo que resulte muy dificil ponerse de acuerdo, en unos mínimos, que garanticen el buen funcionamiento de la familia. Creo que los derechos humanos son un buen referente.
En numerosas ocasiones he hablado de la familia, por lo que he ido escribiendo sobre como la entiendo y la importancia que le doy. He tenido contacto y relaciones con familias de todo tipo, empezando por mis propios familiares, y soy consciente de que los conflictos y problemas son inevitables y, también, necesarios. Pero he visto y palpado que el amor, el cariño, la ternura, el perdón, la amabilidad, el diálogo, la comunicación, el respeto, el dolor, la responsabilidad, la buena crianza, y todo lo que deseemos decir, también están muy presentes.
No estoy hablando de utopías, tenemos la experiencia cotidiana de que las cosas valiosas cuestan, suponen esfuerzo, sacrificio, contrariedades, pero no son imposibles: ¿Hasta donde estamos dispuestos a llegar?
Reivindico la familia. Y la pongo en el primer lugar de las prioridades y de la escla de los valores sociales. Que la pareja viva sus compromisos adquiridos el día de la boda, en el contexto del amor, (no digo que sea fácil), y que la crianza de los hijos se lleve a cabo (conforme a los derechos humanos) sin duda, es el camino para el buen funcionamiento de las 'familias sanas que aportarán buenos y honrados ciudadanos a la sociedad'.
Las separaciones, los divorcios, en definitiva, las rupturas familiares te las encuentras tanto entre los pobres, como en las clases medias y los ricos. No existe una clase social, específica, para estos asuntos. Y, por supuesto, no entro en las diferentes maneras de entender y de formar una familia.
Lo que si tengo claro, incluso estoy convencido, de que la estructura familiar es clave para que, la sociedad, se transforme en el mundo nuevo al que todos aspiramos. Lo de que otro mundo es posible, para mí que empieza en el ámbito familiar.
Poner el acento en la familia, supone cambiar de mentalidad. Estamos tan volcados hacia fuera, por razones familiares, que terminamos por cambiar la perspectiva. Por poner un ejemplo, el trabajo -con ser muy importante- está minando a muchas familias. Vivimo en una sociedad -que hemos creado nosotros- que desborda a la misma familia. Es como el hijo que acaba con los padres que le hicieron posible. No digamos nada de las redes sociales, de las nuevas tecnologías,...
Si la familia está sana, sus miembros estarán sanos. Una sociedad que se nutre de ciudadanos sanos, sin la menor duda, será una sociedad sana. Algo que puede ser tan elemental escribirlo, resulta complejo y complicado en la realidad. Y es normal que sea así.
Para empezar, tenemos diferentes culturas, distintas religiones, multiples ideologías humanistas, no lo dudemos, cada cual entiende lo de 'familia sana', según su perspectiva. Aun así, como seres humanos, que somos todos, no creo que resulte muy dificil ponerse de acuerdo, en unos mínimos, que garanticen el buen funcionamiento de la familia. Creo que los derechos humanos son un buen referente.
En numerosas ocasiones he hablado de la familia, por lo que he ido escribiendo sobre como la entiendo y la importancia que le doy. He tenido contacto y relaciones con familias de todo tipo, empezando por mis propios familiares, y soy consciente de que los conflictos y problemas son inevitables y, también, necesarios. Pero he visto y palpado que el amor, el cariño, la ternura, el perdón, la amabilidad, el diálogo, la comunicación, el respeto, el dolor, la responsabilidad, la buena crianza, y todo lo que deseemos decir, también están muy presentes.
No estoy hablando de utopías, tenemos la experiencia cotidiana de que las cosas valiosas cuestan, suponen esfuerzo, sacrificio, contrariedades, pero no son imposibles: ¿Hasta donde estamos dispuestos a llegar?
Reivindico la familia. Y la pongo en el primer lugar de las prioridades y de la escla de los valores sociales. Que la pareja viva sus compromisos adquiridos el día de la boda, en el contexto del amor, (no digo que sea fácil), y que la crianza de los hijos se lleve a cabo (conforme a los derechos humanos) sin duda, es el camino para el buen funcionamiento de las 'familias sanas que aportarán buenos y honrados ciudadanos a la sociedad'.
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