Siempre que llegan estas fechas de Semana Santa disponemos de unos días y nos dedicamos a planificarlos. Luego resulta que se terminan los días y, prácticamente, casi no nos hemos enterado. Pero bueno el ejercicio de reflexionar sobre qué hacer parece que nos hace más responsables. En esta ocasión se me ocurren cinco propuestas que nos pueden ayudar a vivir mejor estos días de Semana Santa.
La primera propuesta es la Personal. No me cansaré de escribir la importancia que tiene el que nos dediquemos un poquito de tiempo a nosotros mismos. A nuestra vida interior, a lo que nos está pasando por dentro. Siempre es buena cosa echar una mirada introspectiva, sobretodo, porque en la vida cotidiana estamos muy ocupados y atareados. Preguntarse por cómo me va la vida, cómo voy potenciando mis cualidades o habilidades, o bien, ver la manera de cambiar algunos desajustes, creo que es muy saludable. Vamos, reflexionar no viene mal de vez en cuando.
La segunda propuesta es la Familiar. No siempre se dispone de tanto tiempo para estar con los hijos y la pareja. Disfrutar estos días estando juntos, saliendo juntos, regalarse sonrisas, jugar con los niños, comunicarse de una forma más distendida, hacer con esmero las tareas domésticas repartidas, ver la tele o escuchar música,… son buenas iniciativas para el buen crecimiento familiar. El asunto se completa con las necesarias muestras de afecto y cariño que nos brindamos y regalamos.
La tercera propuesta es la Ecológica. Y además, como estamos en primavera, la ocasión no se puede desaprovechar. Hay que potenciar el ocio y tiempo libre. El campo que rezuma colorido y alegría, está dispuesto a recibirnos para gozarlo. Por su parte las playas nos están abriendo sus puertas para que disfrutemos en ellas. Resulta muy agradable ver, cada vez a más personas, por los carriles bicis o caminando por los parques y jardines. Resulta enternecedor cuando se ve a la familia entera conviviendo con la naturaleza.
La cuarta propuesta es la Solidaria. Con vacaciones o sin ellas el mundo sigue igual. La información que nos viene de las redes sociales hay que aprovecharla para seguir concienciándose de la realidad. Además, el altruismo tiene que tener su espacio en nuestras vidas. Por consiguiente una visita a la residencia de ancianos, siempre hay algunos muy solos; acercarse a los comedores sociales y echar una mano, o visitar a los enfermos que tanto agradecen la compañía, son algunas de las iniciativas que no nos suponen mucho pero que hacen mucho bien a tales personas.
La quinta propuesta es la Religiosa. En este caso tenemos muchas facilidades. Basta salir a la calle y te encuentras con las procesiones que, con fervor y devoción, nos representan los misterios fundamentales de la fe cristiana. El olor a incienso y a cera impregna las calles y plazas. Las iglesias cuidan la estética y la ornamentación, es una invitación a que sean visitadas por numerosas personas, no siempre por motivos religiosos. De todas formas, no viene mal hacer un alto en el camino, y prestarse a celebrar y orar con los últimos acontecimientos de la vida de Jesús de Nazaret: SU PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN.
No se trata de ver cuál es la clave más importante para detenernos más en ella. Cada una de ellas tiene su tiempo y su espacio, siendo la propia persona la que sabe priorizarlas según su momento y sus circunstancias. Lo importante es tenerlas en cuenta a todas.
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