Con la que está cayendo, lo de la piscina es un alivio. Evidentemete, para los que tienen suerte de tenerla.
Los hechos ocurrieron la otra tarde. Desde luego no se trata de una tarde cualquiera, ni de una piscina del montón. No. La tarde de la que hablo, tuvo un significado especial; aunque lo de especial depende de quien mire e interprete las cosas.
Cuando llegué al lugar quede, gratamente, impresionado. Dentro del agua había un chaval negro, dos jóvenes que están en la cárcel, otras dos adolescentes, casualmente rubias, una persona adulta y 5 jóvenes más, de Marruecos. Eran los que estaban en el agua. Fuera, había otras tantas personas que completaban el grupo simpático, que en esos momentos disfrutaba de un buen ambiente.
Un total de casi 30 personas escenificando la concordia, el respeto, la tolerancia, el compañerismo, la amistad,… y, encima, pasándolo bien en un ambiente tan refrescante.
Desde luego todas esas personas no estábamos allí por casualidad. Muchos somos voluntarios, algunos profesionales y, los demás, usuarios del Hogar la Salle de Jerez.
No obstante quisiera resaltar que no somos una excepción. Numerosas instituciones, asociaciones,… son verdaderos talleres de aprendizaje en los valores que decíamos más arriba. Con sus diversos programas, a lo largo del año, y sin mucho ruido, favorecen la integración, la solidaridad, la misma fraternidad, entre tantas y variadas personas de diferentes culturas, razas y religiones.
Aquí se puede decir, perfectamente, aquello de: ¡Vengan y vean! Lo que no quita, siendo realistas que no ilusos, que a lo largo del año se tengan dificultades, conflictos, problemas… pero con la ventaja de que estamos para lo que estamos y, todas esas cosas, las consideramos normales en el trajín de cada día.
Como ven, una tarde en la piscina da para todas estas cosas, además de bañarse, claro.
!Más de un politiquillo o gobernante debería disfrutar de tardes de piscina !
ResponderEliminar! SERÁ CUESTIÓN DE MANDARLES UNA INVITACIÓN.... !
he de decir que la entrada de hoy me ha gustado mucho tio. un saludo.
ResponderEliminar¡Muchos de los que nos llamamos cristianos, deberíamos sumergirnos alguna que otra vez en una piscina de estas características y regar con su agua para que crezca aquello que tan ligeramente a veces llamamos "Amor al prójimo".¡claro! al que nos quiere, pero se trata de amar y tolerar al que es "diferente" y no conocemos de nada...
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