Menuda sorpresa cuando se le dijo al grupo de jóvenes que íbamos a la playa. ¡A la playa! Como no tenían bañador, ya se tuvo la previsión de traer algunos, juanto a varias toallas. Cuando se despedían, a la entradaa de la cárcel, les faltaban palabras para expresar su agradecimiento. En resumen: ¡Una tarde inolvidable y maravillosa!
No se pueden imaginar la de voluntarios que pasan por las cárceles. La Iglesia tiene una amplia tradición, en lo que se llama Pastoral penitenciaria. Pero también otras Asociaciones, de todo signo, prestan su atención a las personas que, temporalmente y por diversos motivos, están en la cárcel.
El proyecto AMAL (Esperanza en árabe), depende de la Asociación Hogar la Salle Jerez, y desde hace un año colabora con la institución penitenciaria de Puerto III. Tiene dos grandes líneas de trabajo: La posibilidad de que un grupo de jóvenes salgan durante el día a realizar talleres en el Hogar La Salle; y la otra línea es la de trabajar dentro de la prisión, desde una línea socieducativa. Ambas empiezan a dar sus resultados, pues, un grupo de jóvenes presos han apostado por dicho proyecto. Palabras como reeducación y resocialización están en la base de toda intervención interna y externa, que se da en el centro penitenciario y creemos que es todo un reto el favorecerlas. No todos los "usuarios internos" están por la labor, pero, en el fondo, estas son las metas que se persiguen en cualquiera de las intervenciones del voluntariado. Es la colaboración, intencionada, que se complementa con los fines de la Institución penitenciaria.No esperen que comente lo que han hecho para merecerse estar ahí, ellos mismos, de una u otra forma, asumen y aceptan que la cárcel es el lugar para ¿redemir? su actuación y que desean "saldar" con la sociedad, lo que a la sociedad le han hecho. Desde ahí se quiere partir para conseguir la reeducación y resocialización.
En esta ocasión hablamos de la tarde enla playa, pero se podrían comentar tantas y tantas actividades, que se hacen a favor de estas personas, y digo personas, que también merecen una oportunidad para rehacer sus vidas (¡Ay! si conociéramos sus historias y circunstancias, no para justificarles, no pero sí para que conociésemos muchos porqués)!.
Instituciones penitenciarias y el voluntariado están por echarles una mano: Aunque no todo el mundo esté por la labor. ¡Ánimo!
Este de la cárcel es un mundo desconocido para mí, me alegro de que haya gente tan desinteresada.
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