Este fin de semana he estado de boda. Ayer, sábado, se casó uno de mis sobrinos. Parecería que la cercanía del verano y de las vacaciones, son el ambiente idóneo para estos acontecimientos tan gratificantes.
Sin la mrenor duda, las bodas son de las experiencias humanas más completas.
Es la ocasión para reunirse los familiares, las amistades, en fin, los más allegados; creando un ambiente alegre y festivo.
Es la oportunidad que nos damos para romper la rutina de todos los días, y liberarnos de los quehaceres diarios.
Para quienes, ya, celebraron su boda, es un tiempo idóneo que les recuerda y actualiza sus compromisos, sus alegrías, sus penas... desde aquel venturoso día.
Para las futuras parejas, es un motivo más, para seguir enamorándose con más intensidad.
Para todos, es un momento muy significativo para manifestar el amor que se tienen, expresándolo mediante el afecto y el cariño que se regalan unos a otros.
Decía lo de la experiencia humana, porque en el matrimonio, son dos personas las que se han puesto de acuerdo, libremente, para vivir unidas. Juntas pretenden entrelazar su vidas desde la mutua entrega de lo que son y de lo que tienen.
Desde un proyecto común, que han ido configurando, se abren a la vida y traen sus hijos como el fruto de ese amor que tanto se profesan y quieren prolongar en el tiempo.
En la boda se habla del pasado, como el tiempo que recordamos con añoranza, y del futuro, como proyecto aún por hacer, convirtiendo el presente, en el momento que todo esta pasando, de ahí su atractivo.
Las bodas, y en este caso la boda cristiana - con toda la simbología del banquete evangélico -, encierran todo lo mejor que nos puede ocurrir en esta vida. Son como "chispas" o fragmentos intensos de la vida futura. Se crea un ambiente en el que el amor se traduce en concordia, en amabiliad, en cercanía, en confianza, en diversión, en alegría exultante,... todo el mundo se lleva bien con todo el mundo, aunque se hayan conocido con ocasión de tan magno acontecimiento, basta ver las caras de los invitados... ¡Como la eterna felicidad concentrada en un instante!
En fin, la boda, es la mejor imagen de la gran familia humana por construir. Celebramos que la especie humana tiene futuro y, por eso, los niños junto con los ancianos, los jóvenes -mano a mano- con los adultos,... personas que no se conocían hasta ese momento, crean un clima de familia unida que desea perpetuarse en el tiempo. Esto es lo que celebramos.
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