
No solo influye el país en el que
naces, también
está la familia que te trae al mundo, o las amistades, por no hablar de las
instituciones sociales, que te acompañan a lo largo de la vida, como los
centros educativos, las diferentes creencias que están en la sociedad, los
medios de comunicación social, incluido el Internet y las redes sociales,… En
fin, influye para “bien o para mal” toda aquella realidad que está presente
desde que uno nace hasta que se muere. Y se complican más las cosas cuando la
propia persona va creciendo y tomando decisiones en un sentido u otro.
Hay chavales, como Richard, que enfrentarse a la vida
les resulta muy difícil. Leamos su carta y preguntémonos a continuación: ¿Qué
puede hacer para realizarse como persona? ¿Acaso se lo llega a plantear? ¿Qué
margen de actuación tienen la familia, la escuela, la religión,…? Te invito a
leer su carta y a sugerirle propuestas… a lo mejor, ni siquiera las acepta.
Hola, colegas:
Me llamo Richar y tengo 15 años. Me
gusta bivir a mi vola.
Ya estoy cansado de que me digan lo
que tengo que acer: los familiares, maestros, amigos,... no le dejan a uno
tranquilo.
Bueno, con mis colegas es otra cosa.
Con ellos si que estoy davuten, o
por si no lo entiendes de ‘PM’.
Me gusta la ropa guapa y que no me
falte la vuena comida.
No me gusta ir a clase. Es un rollo.
Además como soy mu grande me da lache hestar con otros niñatos más pequeños que
yo. De mi no se rie nadie. Con lo bien que se está en la calle, sin haser na,
hablando con los colegas. Fumando o vebiendo, da lo mismo, aunque un buen
porrito cae mubien al cuerpo.Yo con tener una cama pa dormir y una nebera pa ir
comiendo, pues, la verdad, es que uno no nesesita nada más. Eso sí hay que
estar guapos y ‘chachis’ pa las payas. Las chicas, ya se save pa lo que están,
hechar un rato con ellas y luego que no te compliquen mucho la vida. Oye, que
ya tiene uno problemas pa que encima te calienten la cabesa.
Voy a cumplir 16 tacos, me dicen mis
viejos que si no quiero estudiar, pues, que me ponga a currar. Desde luego no
tienen corazón, ya tan joven y quieren que me ponga a trabajar. Digo yo que
abrá que bivir la vida, que ya nos aremos mallores. Si yo pido mu poco, que me
den dinero pal finde, que no me muera de ambre, una cama pa cuando regrese de
mis juergas y ¡ya está! Pero si no me meto con nadie.
Luego vienen mis viejos, y me disen
que colabore en la casa, que hayude a mi padre en el taller, o sea, que están
empeñaos en explotarme. No entienden que todavía soi un niño. Les voy a tener
que explicar que todas las personas tenemos derechos y que yo también los
tengo. Es que no se enteran. En fin ya os seguiré contando otro día.
Un abrazo y hasta luego. Richar.
Y, sin embargo, no podemos dejarle, ni abandonarle; lo
que él -a lo mejor no ve- sí lo podemos
ver las personas que nos acercamos a su vida, por múltiples circunstancias como
la del ámbito escolar. Es la suerte y responsabilidad que tenemos los maestros,
profesores y educadores. Con Richar tenemos un reto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario