Pretendía justificar el inicio de este “Día internacional de la mujer (trabajadora)” y me encuentro, en las diferentes fuentes, que no está muy claro su origen. Ni siquiera en el título. En todo caso, hay consenso en aceptar que, a finales del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, fue surgiendo, en el mundo laboral, un movimiento reivindicativo por parte de las mujeres, para alcanzar la igualdad con los hombres. Esta situación se fue extendiendo a todos los ámbitos de la esfera social. En España hay que esperar a 1978, para que las leyes regulen sobre la igualdad entre los hombres y las mujeres.
En fin, en todo esto me remito a la ONU que, desde su fundación, va a liderar este proceso de liberación e igualdad entre la mujer y el hombre: “La Carta de las Naciones Unidas, firmada en San Francisco en 1945, fue el primer acuerdo internacional que proclamó que la igualdad de los sexos era un derecho humano fundamental. Desde entonces, la Organización ha contribuido a crear un legado histórico de estrategias, normas, programas y objetivos concertados internacionalmente para mejorar la condición de la mujer en todo el mundo. Para ampliar y profundizar más: http://www.un.org/es/events/women/iwd/2011/
Dando un paso más, vemos que en el siglo XXI, aún, no podemos cantar victoria. Sí, hemos avanzado un poquito, no lo vamos anegar, pero un poquito. Incluso en las sociedades que llamamos “avanzadas”, “desarrolladas”, “del primer mundo”… lo de la igualdad plena… está por llegar. Y no me siento pesimista. ¡Cuidado! Que no soy feminista radical. Soy un hombre que cree en la igualdad de todos los seres humanos, sean hombres o mujeres, negros y blancas, cristianos y budistas, ateas y musulmanes, pobres y ricos… afirmo en todas las personas la misma dignidad y los mismos derechos.
Me gusta, cuando puedo, consultar la prensa digital, ver los telediarios, oír la radio y sigo constatando que a lo largo y a lo ancho del planeta:
las mujeres son víctimas mortales a manos de sus parejas (machismo), el analfabetismo tiene mayor incidencia en las mujeres, se les sigue mutilando como si fueran animales (ablación del clítoris), no se les da el mismo protagonismo que a los hombres en muchas religiones (por ejemplo la cristiana), son utilizadas y vendidas como esclavas sexuales (desde su más tierna infancia), el derecho al voto no lo han conseguido en numerosos países, nacer mujer sigue siendo una desgracia en bastantes familias, son encontradas asesinadas en las cunetas o en al campo en países latinoamericanos… para que seguir.
Sin duda me dirán, un sector de hombres y también de mujeres, que algunas “féminas”… ¡Son de cuidado! Y no se lo voy a negar “porque son algunas mujeres”; pero en comparación con los millones de mujeres que existen en el mundo en la situación que acabo de enumerar, se merecen que al menos, un día en el año de forma especial, las recordemos, las honremos y las tengamos en cuenta para que no bajemos la guardia.
Desde este Blog, animo a que sigamos trabajando por la igualdad de los hombres y las mujeres de todo el mundo, eso sí, todos los días del año. La casa común que estamos construyendo, con la globalización, no se podrá mantener en pie sin esta anhelada y deseada iguadad.
Completamente de acuerdo contigo de nuevo. A día de hoy todavía nos queda mucho por recorrer en este sentido. Desgraciadamente es una de las pocas cosas en que muchos países (desarrollados o no) coinciden; en otorgarle a la mujer un papel secundario. Está claro que desde muchas instituciones (estados y religiones mayoritarias principalmente) muchas veces se hace un flaco favor a la total integración de la mujer en la sociedad. No hay nada más que echar un vistazo por ejemplo a España. ¿Quién ocupa los puestos de Defensor del Pueblo, magistrados de los tribunales superiores de justicia e infinidad de puestos similares? Pero más allá de todo esto, es un problema más "mundano", y eso es más preocupante. En la mayoría de los hogares (incluso de gente joven)es la mujer la que todavía aporta mucho más en el cuidado de casa e hijos/as.¡Y encima trabaja fuera! Así que creo que para llegar a la igualdad efectiva podíamos empezar por ahí y luego plantear retos más altos.
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