BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 26 de febrero de 2017

LA FAMILIA, LA PRIMERA ESCUELA DEL CRECIMIENTO PERSONAL



Nacemos para crecer y ser felices. Luego, la vida nos va llevando por diferentes derroteros y cada cual sabe de su historia. La sociedad ha tenido el ingenio de 'crear la familia', como el núcleo más básico en el que la persona inicia sus primeros pasos en todas las dimensiones de la vida. La familia es un tema que da para hablar y escribir mucho sobre ella. Por mi parte resaltaré algunos asuntos que considero importantes: La persona, la pareja, los hijos y la armonía familiar.
La persona,
cada uno de los miembros de la familia, es única y diferente a los demás. Vivimos en una época en la que, estamos tan desbordados por los acontecimientos, que nos olvidamos de nosotros mismos, de nuestra realidad más personal. Como ser individual cada persona necesita sus espacios, sus tiempos,... para hacerse protagonista consciente de su propia historia; pienso que el ámbito familiar los tiene que crear y favorecer. ¡Todo un reto!
La pareja, que tiene unos tiempos fuertes e intensos de crecimiento en sus inicios, es propensa a bajar la "guardia" cuando vienen los primeros hijos, están pendientes del necesario trabajo, o porque surgen mil compromisos en el día a día. Sin embargo el "eje" vertebral de la estructura familiar, a mi modo de entender, es una buena relación de pareja que sigue creciendo hasta el final de sus días. Para ello hay que buscar sus tiempos y espacios, favoreciendo una fluida y continua comunicación, que siga favoreciendo, el crecimiento en el amor que se profesan. ¡Sin comunicación...!
Los hijos, constituyen la asignatura fundamental de la madre y el padre en su responsabilidad de crianza y en el cumplimiento de sus funciones parentales. Cada vez más me admiro de los padres que, día a día -con sus noches- están pendientes de sus hijos, tratando de darles lo mejor. La educación de los hijos es una tarea inmensa y exigente. Atender a la individualidad de cada hijo y favorecer la hermandad entre ellos, constituyen los pilares de un seguro y esperanzador crecimiento de sus personas. ¡Menudo compromiso!
La armonía familiar, el acierto y lo bonito del ambiente familiar es que puede favorecer el crecimiento de todos sus miembros. Claro para ello hay que poner los medios, pues son muchas las oportunidades o interferencias que llegan al hogar: La escuela, el barrio, los problemas laborales, las enfermedades, las amistades, la tele, el Internet y el móvil con sus redes sociales,... por lo que se hace necesario, favorecer el diálogo, reflexionar y hablar de los problemas cotidianos en la mesa, compartir las alegrías, emociones y miedos, las frustraciones, mostrar el afecto y cariño que se tiene, sin duda, constituyen la verdadera escuela del crecimiento personal de todos.

domingo, 19 de febrero de 2017

EL CÍRCULO DE LA FRATERNIDAD: DENUNCIAR, PROPONER Y ACTUAR



El 24 de abril, de 2014, pusimos en marcha esta iniciativa, social y pública, del Círculo de la Fraternidad. Un grupo de personas llevamos, casi tres años, concentrándonos en el espacio público con la finalidad de denunciar (las injusticias que deshumanizan), proponer (respuestas solidarias) y actuar (compromiso personal) y así contribuir a  mejorar y cambiar este mundo que tanto lo necesita.
Un profesor de filosofía nos comentaba, con gran pesar, que el problema de nuestra sociedad es la falta de un tejido social, fuerte y reivindicativo. Nos gusta vivir sin complicarnos; y si hay problemas, que los solucionen los de ‘arriba’ (políticos, gobernantes, jerarquías religiosas,…). Como resultado, nos encontramos, lamentablemente, una sociedad civil indiferente, pero muy sufrida y desigual como precio a su apatía.
El tejido social, es ese espacio intermedio que está por hacer y fortalecer, entre los poderes (egoístas y avasalladores) y la base social (muda y explotada). Hay un vacío que aprovechan los dirigentes para imponer sus intereses y directrices que les benefician, en ocasiones descaradamente; como ejemplo, pensemos en la corrupción y en las leyes, que favorecen más su intereses, que el bien común del pueblo al que gobiernan.
Menos mal que van surgiendo conciencias críticas que constituyen un verdadero contrapeso a los abusos del poder, sea político, religioso, económico o financiero. Diversas asociaciones, ONGs, colectivos, entidades y organizaciones, con diferentes objetivos sociales, son buenos ejemplos del esfuerzo por constituir ese necesario tejido social. Y es que nunca han cambiado las cosas desde arriba, siempre desde abajo.
En este contexto surge el Círculo de la fraternidad. Está siendo, desde sus orígenes, una iniciativa muy modesta, de escasa dimensiones en cuanto a la participación, pero muy persistente en ser portavoz de la realidad en la que vivimos. Aunque nuestro grito de protesta y denuncia se quede en la plaza que nos acoge, estamos convencidos de que sirve, al menos, para que los asistentes, seamos conscientes de que en nuestras vidas no cabe ser indiferente y quedarse con los brazos cruzados.
Estamos convencidos de que la calle es de todos, pero hay que ocuparla. Hay muchas situaciones indignantes, injustas, violentas y trágicas; hay muchos colectivos indefensos como los refugiados, los parados, los sin techo y discriminados por su sexo, religión o color de la piel. Hay una brecha, casi infinita, entre los ricos y los pobres. Escandalosamente una minoría privilegiada acapara más del 80% de la riqueza del planeta. Esto no se puede consistir. Si no hacemos nada, entonces se cumple aquello de que nuestra indiferencia nos hace cómplices, como decía Manos Unidas, hace unos años.
Cuando empezamos a caminar, con el Círculo,  dijimos: “Es un derecho de los ciudadanos poder manifestar, públicamente, sus opiniones y su visión del Bien Común para la sociedad. Es lo que pretendemos hacer esta tarde. Eso sí, de forma cívica, pacífica y constructiva. Y la idea no es original, ya existen otras muchas iniciativas sociales con otros nombres: Madres de la plaza de mayo (Argentina), Las Damas de blanco (Cuba), Los Círculos de silencio (Francia),... Aún resuenan en nuestros oídos las palabras de Gandhi: "Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena". Por eso estamos aquí. No queremos ser conformistas.”
El jueves, día 23 de febrero, volvemos a concentrarnos. Esta vez se nos ha unido la Plataforma de Refugiados de Jerez. En la convocatoria mensual, nos citamos varios colectivos: Cáritas, CONFER, el Foro Interreligioso, La Salle y cuántas personas se interesan por la iniciativa. En esta ocasión, nos convocan las personas refugiadas. La tragedia de tantos hombres y mujeres, ancianos y niños, nos siguen interpelando y queremos hacer una llamada de atención a la ciudadanía.
Por consiguiente, con el Círculo de la Fraternidad, queremos remover las conciencias, mejor nuestras conciencias, para ver las injusticias y denunciarlas, para proponer y dar pistas de soluciones a los problemas que nos rodean y para comprometernos, cada cual, en el lugar que se encuentra. Tal vez sea una gota de agua, pero sin ella el mar sería más pequeño.

domingo, 12 de febrero de 2017

CELEBRO LA VIDA, GRACIAS A DIOS Y A LAS PERSONAS QUE ME RODEAN

Me falta muy poquito para cumplir los 62 años. Y mi agradecimiento a Dios y a las personas que me rodeáis, no tiene límites. ¡Qué sería de mí, si Dios no se hubiera fijado en mí! y ¡Qué sería de mí sin las personas que me acompañáis a lo largo del camino de la vida! Por eso muchas gracias.
Mis recuerdos de la infancia son como piedras sólidas sobre las que he construido 'la casa en la que habito'. En ellos están presentes mis familiares, mis amigos, mis creencias, mis emociones y tantas personas que se han ido sucediendo hasta el día de hoy.
Creo que en mis primeros años, en el pueblo que nací, se plantaron las semillas de los frutos que he ido saboreando más tarde y que aún me quedan por recoger. No siempre es fácil la cosecha. Los buenos frutos vienen después de grandes tormentas, que dejan abundante agua, nieve, heladas y fríos, a su paso. Eso sí, tras la tempestad viene la calma y todo vuelve a su sitio.
Quiero fijarme en las tres cosas que están siendo determinantes en mi vida. Las tres tienen sus raíces en los primeros años de mi andadura: DIOS, FRATERNIDAD Y POBRES. Aunque no lo tuviera tan claro y fuera tan consciente, de ellas, en aquellos tiempos. Ha sido la relectura de mi historia personal la que me las ha ido clarificando y definiendo.
Al que ahora veo como Padre y Madre, en mi Primera Comunión, solo era el Dios de mis padres, que muy celosamente me lo fueron inculcando, con naturalidad, de acuerdo a los tiempos que se vivían en los años cincuenta. Curiosamente, el párroco, tal vez sin saberlo, fue sembrando con sus catequesis, llenas del espíritu Conciliar de los sesenta, lo que finalmente descubrí en mi madurez. Dios y su Reino, están tan presentes en mi existencia que no la entiendo sin Él.
La fraternidad de la gran familia humana, no me ha venido con los estudios y la posterior  formación intelectual. La semilla se plantó en las catequesis de confirmación, no tenía más de 10 años, cuando al salir de la iglesia y regresando a mi casa,  fui consciente de que todas las personas éramos hermanos, incluso mis padres, esta fue la novedad. Con el tiempo además de ser Hermano de la Salle, me he embarcado en la iniciativa social del Círculo de la Fraternidad, como expresión de la hermandad universal en la que creo, vivo y proclamo con empeño, el último jueves de cada mes en los espacios públicos.
Vivir con inmigrantes, estos últimos años, es la manera más normal de plasmar mi compromiso por los pobres que vi ejercer en el seno de mi familia. Siendo niño, mi madre, me sirvió de modelo de cómo atender a personas necesitadas, aún sin conocerlas. Pienso que me compró “las gafas” que me hacen ver, sentir, mirar y convivir con los empobrecidos de la familia humana (mis hermanos), a los que, el Dios de Jesús, me pide que les quiera y ayude para que recuperen su dignidad y derechos humanos tan pisoteados e ignorados.
Puedo decir, que estos tres hilos, son los que han ido tejiendo mi vida con sus vaivenes, retrocesos, alegrías, sufrimientos, aciertos, desengaños, satisfacciones,… en cualquier caso, con la conciencia más clara de que el recorrido no ha sido en vano y que el futuro, siempre por hacer, va por buen camino.
Toda esta historia, no sería la misma, sin las personas que se han acercado a mi vida en cualquiera de sus etapas
y allá en donde he estado. Niños, adolescentes, jóvenes y adultos, que habéis dejado vuestra impronta en mi existencia; todavía más, cercanía que espero en el camino que me queda. Por mi parte estaré disponible. Por cierto, aún soy joven, vamos, que el asunto va para largo. En todo caso lo que Dios quiera.