BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ

BARRIADA DE BELÉN - IQUITOS - PERÚ
UN MINUTO DE FILOSOFÍA: “LOS SUEÑOS Y LOS RETOS ANIMAN EL CAMINAR"

domingo, 23 de enero de 2011

DÍA ESCOLAR DE LA NO VIOLENCIA Y LA PAZ (30 de enero)

El 30 de enero de 1948, asesinaron a Mahatma Gandhi, considerado el apostol de la no violencia y reconocido lider espiritual de la India. Aunque nunca le dieron el nobel de la paz, este día escolar de la no violencia y la paz se celebra desde 1964, y está reconocido por la ONU desde 1993. Es el mejor homenaje que podemos hacer por este hombre que tanto bien ha hecho por la humanidad.
Por su carácter escolar, el objetivo de la jornada es la educación en los valores que se relacionan con la no violencia y la paz: el diálogo, la tolerancia, el amor, la solidaridad, la justicia, el respeto y la buena convivencia fraternal. Es la ocasión para que toda la comunidad educativa vibre en torno a estos valores tan necesarios en el mundo global que estamos construyendo.
Y como siempre que dedicamos un día a un asunto, tan importante como éste, seguimos preguntándonos por la fragilidad del ser humano. Nuestros ideales hablan del amor universal, pero el egoísmo campea por doquier; apostamos por la no violencia en la resolución de los conflictos cotidianos, pero la violencia y la venganza es la respuesta más rápida que se nos ocurre; y se nos llena la boca de la palabra paz en nuestras conversaciones, pero la televisión nos está informando, continuamente, de las guerras que aún existen.
Crear la cultura de la paz y la no violencia no es fácil. Y sin embargo nos 'jugamos' en la educación de cada persona, empezando en la infancia, la creación de un futuro en el que la justicia y la paz favorezcan el mundo mejor que todos soñamos.
El otro día en mi clase dos alumnos (adolescentes) se pelearon -del verbo pelear- por un bolígrafo. Claro lo del boli era la excusa, 'el vaso' estaba lleno de otros 'ingredientes'. El acoso escolar está con mucha frecuencia en los medios de comunicación social.
Pero los alumnos son también hijos de unas familias y vecinos de un barrio. Y sabemos del maltrato intrafamiliar, conocemos de la violencia callejera, por no hablar de las agresiones y venganzas de todo tipo.
¡Cuidado! Que no estoy refiriéndome a los sectores marginados y pobres. Porque 'los ricos también lloran'. Son los ricos, los políticos y otros personajes influyentes los que generan las guerras, luego mandan al campo de batalla a los hijos de los vecinos...
Este mundo injusto que habitamos, tan desigual y con tantas diferencias, no ha surgido de la nada y menos de un grupito de personas: ¡No! Cada cual ponemos a lo largo de nuestra vida una o varias 'piedrecitas para hacer la montaña'. La montaña del egoísmo, del odio, de la venganza, del '0j0 por 0jo y diente por diente', de las agresiones, de los asesinatos, de las violaciones, de los maltratos,...
Pienso que todo esto no se arregla en las aulas. La escuela tiene el privilegio de educar y tiene que estar a la altura de lo que se espera de ella. Pero la primera educadora es la familia y tiene que decir mucho más. Y otras instituciones como las religiones, las distintas asociaciones -formadas por personas- también tienen que hacer su aportación y no digamos los políticos (de todos los colores) personas públicas que tenían que ser los verdaderos modelos de convivencia y respeto, que por eso les hemos elegido,...
Termino con unas palabras de Gandhi: Pienso hablar con cierta alegría de mis experiencias de tipo espiritual. Soy el único que las conoce y de ellas es de donde he sacado la energía que me anima en la acción política... Cuanto más medito en mi pasado, más claramente percibo mis limitaciones. El fin que me propongo alcanzar, cueste lo que cueste, desde hace unos treinta años, responde a la palabra moksha. Se trata del cumplimiento de uno mismo, con la visión de Dios cara a cara. A este fin tiendo con todo mi ser, por medio de mi vida y de mis actos. Todo converge a ello: mis palabras, mis escritos y todas mis empresas en el terreno político. Pues bien, yo siempre he estado convencido de que lo que puede uno de nosotros lo pueden todos los demás".

domingo, 16 de enero de 2011

SEMANA DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Aproximadamente un tercio de la humanidad cree en Jesús, es decir, es cristiana. Numéricamente somos más de 2.250 millones. Y sin embargo, todos los años, del 18 al 25 de enero, tenemos que dedicar una semana de oración por la unidad de los cristianos. Habrá que preguntarse ¿Por qué? Y la respuesta es muy sencilla: los cristianos estamos des-unidos.
Gracias al movimiento ecuménico, creado a principios del siglo pasado, los cristianos estamos dando 'pasitos' para formar, esperemos que de forma definitiva, el "Pueblo de Dios". A lo largo de los 2.000 años que llevamos de historia, se han ido creando las diferentes iglesias, cada una de las cuales, se creía la auténtica poseedora de la verdad del cristianismo, del mensaje de Jesús.
Visto desde fuera esto del cristianismo, es un verdadero escándalo, cuando no da, vergüenza ajena, pues cada una de dichas iglesias profesa solemnemente: que tenemos un Padre común, que todos somos hermanos y hermanas y que el único mandamiento que se nos ha dado ha sido el del amor. ¡Menos mal!
Exagerando un poco, basta echar una ojeada a la historia y cada vez que un grupo de cristianos decidía formar su propia iglesia (Ortodoxos, Protestantes, Anglicanos, Católicos,...) utilizaba el recurso de la violencia y de la guerra "para marcar su territorio".
No sabemos si los motivos eran religiosos y teológicos o económicos y políticos. Pienso que de todo un poco. Pero en todo caso, el grupo o iglesia nueva que se creaba se afirmaba, con bastante frecuencia, desde la violencia. El que esté interesado en profundizar, que recurra a la historia universal y , de forma especial, a la Historia de la Iglesia.
Si traigo estas reflexiones al blog, es porque -como decía más arriba- el día 18 de enero empieza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Esta es una buena iniciativa, pues desde la oración, como los primeros cristianos, podemos conseguir lo que por otros medios no hemos alcanzado. Ya es hora de que dejemos a un lado las guerras de religión (entre cristianos), las inquisiciones para eliminar a los contrarios, las disputas teológicas que han justificado tantas rupturas y violencias,...
El mundo de hoy camina hacia la globalización. Esto quiere decir que entre todos los habitantes del planeta, unos con más influencia que otros, estamos construyendo un orden nuevo, un único mundo, en el que todos los seres humanos seamos ciudadanos de hecho y de derecho. Ésta, también, es una de las razones por la que los cristianos, unidos, aportemos nuestra visión del mundo nuevo que se está gestando.
Y es que tenemos mucho que decir. Que decir y hacer. Pero lo primero de todo, es, que demos testimonio ante los demás hombres y mujeres de otras creencias, incluso sin creencias, de que es posible la unión, que el ser humano pertenece a la misma familia, que basta de fronteras, que es una vergüenza tanta diferencia social entre pobres y ricos, entre mujeres y hombres (todos somos hermanos y hermanas) y que podemos querernos y vivir en paz.!Ojalá!
Si las diferentes iglesias cristianas dan ejemplo y forman la única Iglesia, la del Pueblo de Dios, estaremos contribuyendo a que el mundo se fortalezca en sus vínculos solidarios y fraternales y, entonces, lo de la globalización no se quedará, solamente, en cuestiones económicas y financieras que tantas injusticas siguen generando.
La unión de los cristianos y el diálogo interreligioso, que también se están dando pasos y del que hablaré otro día, tienen que decir mucho en todos estos asuntos.

domingo, 9 de enero de 2011

LA "CUESTA" DE ENERO

Ya es cásica esta expresión, aunque este año la palabra “cuesta” no va a recoger todo el significado que le venimos dando en años anteriores. Me temo que la pendiente es demasiado empinada y no todo el mundo la va a poder subir.

Aunque para cuesta, cuesta, la de la crisis que llevamos arrastrando desde hace varios años. Bueno, unos más que otros. Este año la llamada cuesta de enero hay que situarla en la verdadera cuesta de la crisis: el paro, las pensiones, los recortes sociales, las hipotecas, las subidas de la luz y el gas,...

Ya sabemos que la cuesta de enero tiene su origen en los recortes económicos, de las familias, después de los gastos navideños, los regalos de los Reyes magos,… y para seguir sobreviviendo y ajustar los dineros que quedan, se hablaba y habla de la “cuesta de enero”. Las llamadas rebajas lo facilitan

Pero esto de las navidades es coyuntural, pasan pronto, lo que es estructural, y va para largo, es la crisis, auténtica cuesta para muchas familias. Porque al fin y al cabo, enero se acaba y se termina su cuesta, pero lo de la crisis va a ser una pendiente que, probablemente, dure mucho más tiempo.

No obstante yo me estoy imaginando la cuesta, la gran pendiente que tenemos por delante y veo muchas cosas y, sobretodo, a mucha gente:

Por ejemplo, casi veo a los cochazos que suben la cuesta, a una velocidad vertiginosa, que ni se les ve las matrículas, no creo que los que van dentro tengan muchos problemas para subir la cuesta y lamentarse de la crisis.

También veo algunos coches parados en la cuneta, porque les sale humo el motor o se les ha pinchado una rueda, se ve que tienen alguna dificultad para alcanzar la cima. Pero la alcanzarán, para eso está los seguros.

Más abajo veo a un grupo unido que se van dando la mano, para hacer más ligera la subida, me imagino que será una ONG, por ejemplo Caritas, que con los pagos del recibo de la luz, del agua, o los medicamentos, facilitan y alivian a los que no tienen casi nada para superar la cuesta.

Hay quien la sube solo, arrastrando a su familia, y haciendo muchos equilibrios con los presupuestos logran alcanzar la cima, carencias no les faltan, pero se aguantan pues quieren llegar.

Los hay que se han instalado a lo largo de la cuesta y extienden la mano, no les importa mucho subir y se conforman con “ir tirando”.

Otros intentaron subir y a medio camino desistieron y bajaron la cuesta, no tenían ni ánimos ni medios para terminar la pendiente.

Pero hay una inmensa mayoría de hombres y mujeres, que ni siquiera se han acercado a la cuesta. Viven (mal viven) en el valle, en cuevas, al lado del camino, dejando pasar el tiempo. A muchos les llega el final de sus vidas, no tienen ni siquiera para comer, ni dinero para pagar el alquilé de una casa,… Para estas personas lo de la cuesta es una utopía. Les hablan de que subiéndola encontrarán una vida mejor, pero ni lo intentan, como que no va con ellas. Y así podríamos seguir pero, para qué…

Yo creo que la cuesta no es igual para todos los hombres y mujeres, y que los que podemos subirla, aunque con dificultades, debemos echar la mirada atrás, retroceder y ayudar a los que ni siquiera se han planteado subirla… porque no pueden. Y me estoy refiriendo con "los que podemos" a todas las personas que trabajan en el ámbito de la política, de la educación, de las empresas, de los sindicatos, de las ONGs, de las religiones y desde las familias,... juntos, cada cual desde su lugar, podemos superar la crisis y subir la cuesta, que ya no sería tan utópica.

domingo, 2 de enero de 2011

NAVIDAD Y LA DIVINIZACIÓN DEL SER HUMANO (y IV)

En este mundo globalizado que vivimos, paradójicamente, nos encontramos la pluralidad en muchas dimensiones de la vida. Así tenemos que existen numerosos hombres y mujeres que tienen sus creencias en las diferentes religiones extendidas por la tierra, pero también, constatamos el hecho de un grupo de personas que no utilizan la hipótesis de Dios en su vidas. Por mi parte me sitúo en el contexto de la fe cristiana.
La Navidad es una buena ocasión para reflexionar sobre estas cosas. El cristianismo hace su aportación original en el mundo de las religiones. Veíamos la semana pasada que era Dios, el Dios de Jesús, el que había tomado la iniciativa de acercarse a este mundo. En tal ocasión los seres humanos le ofrecimos nuestra humanidad, le admitimos como uno más de nuestra especie, viviendo más de treinta años con nosotros.
Pero la Navidad quedaría incompleta sino descubriéramos la parte de novedad que nos viene de Dios. Porque si nosotros le hacemos participe de nuestra humanidad, al hacerse como uno de nosotros, Él, nos hace partícipes de su divinidad al mezclarse con nosotros: Dios se humaniza y el ser humano se diviniza.
Por analogía podríamos utilizar la imagen del matrimonio. Cuando la mujer y el hombre se unen en los esponsales, se compromenten a vivir unidos, no se disuelven dejando de ser lo que es cada uno, pero sí comparten sus realidades personales, de manera, que el hombre le da a la mujer todo aquello que necesita para realizarse como mujer y, a la vez, la mujer le da al hombre todo lo que necesita para realizarse como hombre. Mujer y hombre, hombre y mujer, se necesitan mutuamente para ser más, ellos mismos, para realizarse más plenamente y conseguir, así, la deseada y anhelada felicidad.
Siguiendo con esta imagen del matrimonio, en la Navidad, celebramos los esponsales de la divinidad con la humanidad. En este original matrimonio, nosotros le aportamos a Dios nuestra humanidad, para que se haga más humano, y Él, nos comparte su divinidad para que nos hagamos más divinos. El resultado de todo esto es que el ser humano que había perdido el horizonte de la plenitud, en el encuentro con Jesús - Dios hecho hombre-, redescubre y recupera el camino perdido.
La divinización del ser humano no es un postizo o añadido a su humanidad, se trata más bien, de tomar conciencia de lo que ya éramos cuando fuimos creados. Dice el libro del Génesis, en la Biblia, que fuimos creados a imagen de Dios: "varón y hembra, los creó", por consiguiente, desde los inicios ya participábamos de la divinidad. La origilinalidad en la misisón de Jesús de Nazaret, el niño que nació en Belén, no va a ser otra que la de recordarnos nuestros orígenes y dar un paso más, esto es, confirmar que Dios es nuestro Padre, esto aparece en los Evangelios cuando, Jesús, les dice a sus discípulos, que para hablar con Dios, tienen que decirle: "Padre nuestro...". Por aquí se enraiza el sentido cristiano de la familia humana.
Ya sé que todo esto puede resultar un poquito teórico-teológico, pero lo veía necesario para explicarme; en todo caso, lo que a mí me queda de este asunto es que nos jugamos nuestro ser de hombre y de mujer, en la medida que asumimos -en nuestras vidas- la dimensión divina que tenemos. De forma que al "divinizarnos" no alienamos o disolvemos nuestra humanidad, al contrario, con la divinización conseguimos - a tope - nuestra realidad de seres humanos. Concluyendo, llegaremos a ser plenamente hombres y mujeres, asumiendo en nuestras vidas la dimensión divina,eso sí, en la vida cotidiana, dado que el crecimiento personal se hace en el día a día. Por aquí seguiremos compartiendo las reflexiones.

¡FELIZ AÑO 2011!